Gowther había leído con atención aquella nota repetidas veces, ¿de verdad le habían invitado a un picnic?...es más...¿qué demonios era un picnic? , bueno si sabia lo que era, teóricamente un picnic era comer al aire libre junto a otros humanos para poder relacionarse mejor, pero era una locura, Gowther no encajaba allí, es mas ni siquiera sabia como socializar, el no entender los sentimientos mundanos le haría seguramente meterse en muchos problemas, pero era divertido ver las caras que solían poner cuando el soltaba comentarios tajantes o irónicos con aquella cara tan inocente que tenia.
Una vez llego allí vio a todos los presentes, ¿que debía hacer?, según el protocolo humano, debería dejar la comida que el había traído la cual dejo en el suelo metido en su bolsa, se trataba de un melón, una fruta lo suficientemente dulce como para romper el hielo con cualquiera. Tras eso, se quedo impasible, analizando con sus anaranjados ojos a los presentes, mientras su pelo rojizo era movido suavemente por el viento de aquel lugar.

-Presentación...presentación...entendido.-dijo mientras parecía hablar solo observando a los allí presente-.Hola a todos, soy el pecado de la lujuria, Gowther y estoy aqui para el picnic al que fui citado.
Su voz era demasiado neutral y automatizada, casi parecia una maquina al estar hablando de aquella forma, realmente no sabia si le harian caso o no, pues era una formalidad humana, algo que el siempre hacia ya que le parecian bastante curiosas aquellas costumbes.

Llegaron dos personas más a la reunión. Una de ellas parecía ser demasiado activa para el gusto de Alice. Hizo una leve mueca de desagrado. Se alistaba para refugiarse en cualquier lugar con sombra y asi disfrutar de un libro mientras el resto hacía lo que tuviera que hacer, cuando uno de sus camaradas, Noah, de una manera un tanto repentina y espontánea, le dejo un paquete con sangre en sus manos. Alice definitivamente no esperaba ese acto, por lo que cuando pasó se quedó estática sin saber que hacer. Por fortuna el chico regresó a dónde estaba inicialmente, sólo que se desvió hasta donde se encontraba Doyle.
Permaneció un rato así, parada y estática sin saber muy bien cómo reaccionar. Miró la bolsa, a Noah, parpadeó, repitiendo este ciclo un par de veces más. ¿Por qué le había dado asi colega por darle el paquete? Ella no lo necesitaba en realidad. Rara vez necesitaba sangre. Los años le habían dado la habilidad de soportar largas temporadas sin el líquido.
Intranquila, tomó el paquete con ambas manos y con paso decidido fue tras Noah. Quería, aunque fuera darle las gracias. No importaba si estaba agradecida o no. Era un acto de respeto y gratitud. Una vez que le alcanzó, le miró un momento mientras estaba escondido tras Doyle.

- Este... - dijo dudando, no era muy buena con esta clase de cosas - Yo... Bueno.... - esto era patético, decir esas palabras no era tan difícil, ¿o sí? - Noah... G-g-Gr-Gracias... - no pudo evitar sonrojarse un poco.

No soportando el hecho de que fueran a verle de esa forma, dio bruscamente media vuelta y se alejó a una distancia prudente del grupo. Se refugió en la sombra más cercana y se enfrascó en su libro, cuidando a la par el paquete que le habían dado.

Todavía no podía creerlo, no señor casi parecía un chiste barato comprado en la tienda de pordioseros mas grande del mundo, ¿una reunión de asesinos y espías?, eso si no olía a trampa mortal, olía a genocidio generalizado y como yo soy un ser que disfruta mucho ambas cosas decidí probar suerte he ir a ver como se desarrollaba la situación, si era una trampa mortal huyo, tan simple como eso y si es un genocidio generalizado huyo también, tampoco es como que alguien lo pudiera impedir pero algo me decía que seria bastante divertido o por al contrario, bastante incomodo pero decidí ignorar eso yendo a comprar, si la nota era verdad, no seria educado llegar con las manos vacías por lo que agarre una conservadora portátil y la llene a la mitad con hielo, no sabia siquiera que comprar, ¿un postre?,¿carne?, en la invitación dijeron que iba a oler a churrasco así que creo que algo dulce es mejor.

-¿Supongo que bastantes bombones de licor funcionaran?-dije mientras metía varias cajas de bombones en la conservadora luego de pagarlos, creo que una cinco cajas de unos diez bombones servirán y serán suficientes por lo que me dirigí a el único lugar donde se puede tomar una nave para bajar a la tierra, los guardias me miraban raro, como si un extraño estuviera en su habitación y no se atrevieran a llamar a la policía, hasta que uno de ellos se me acerco.

-Oye niño, este lugar no es para pequeños así que por que no te vas de aquí-dijo en un tono pedante, normalmente su cabeza ya estaría rodando en el suelo pero hoy estaba de buen humor asique lo deje pasar y cuando iba a contestarle fui interrumpido por otro soldado que ahí se encontraba.

-Novato, que no sabes que el es uno de los que pueden bajar a placer, por lo que has hecho el puede matarte si así lo desea-dijo en un tono serio,era cierto, ninguno de los que allí se encontraban podria detenerme pero no lo haría, simplemente me dirigí a la nave pasando de ellos, el viaje fue rápido, aun que la verdad es que las naves no me agradan siempre me daban una muy mala espina.

La tierra no tenia nada nuevo, desolación por aquí, desolación por allá, activando mi capacidad ocular empece a caminar con un traje hecho enteramente de humo el cual me protegía del aire contaminado, los encontré a los pocos minutos de búsqueda, al parecer habia unas cuantas personas y así era, la mayoría de los asesino estaban presentes en el lugar ademas de otros personas que no habia visto antes por lo que supuse que eran espías, no dude en acercarme dándome cuenta que llegaba estrepitosamente tarde y con calma pronuncie.

-Hola, supongo que aquí es el picnic, aquí tengo la comida-dije calmadamente mientras levantaba la conservadora con los bombones con licor, eran infalibles, no hay una sola persona que le disgusten estos bombones.

Estaba enfrascada en la lectura en un intento de alejar al resto de ella. Por enésima vez, leía el de libro de "Historia de Dos Ciudades". Era uno de sus consentidos y sentía que podía leerlo sin cansarse. En estos estaba cuando sintió los pasos de alguien acercándose.
De reojo, vio como una figura conocida se situaba cerca de ella. Era el espía que había conocido el otro día. Discretamente le siguió cada movimiento al chico. Aunque hubiese una regla de no agresión, no se fiaba de nadie, un ataque o emboscada podría surgir en cualquier momento.
Decidió, sin confiarse del todo, seguir leyendo sin quitarle el ojo de encima, o mejor dicho, sin dejar de escuchar lo que hacía el otro. Pasado un rato algo largo, y viendo que el chico sólo garabateaba en esa libretilla suya, se relajó más.
Al cabo de un rato únicamente leía, o eso hacía hasta que el chico comenzó a acercarse a ella. Decidió hacer como si no estuviese viendo que se acercaba. El chico le extendió una hoja diciendo que era algo así como un regalo... Sorprendido y arqueando la ceja izquierda, lentamente tomó la hoja.
No podía creer lo que veía. Era un muy buen dibujo de ella leyendo. ¿Así se veía al leer? No pudo evitar que en su cara apareciera un pequeño rubor.

- Oh... -dijo aun sorprendida- Es un trabajo muy bueno, Gowther.... -se puso de pie e hizo una pequeña reverencia- Muchas gracias, me halaga vuestro dibujo...

Realmente le sorprendía recibir aquello. Y más de una persona que no conocía demasiado. Esbozó una pequeña y tímida sonrisa. No era buena dando las gracias y expresándose en éstas cosas. Nunca lo había sido. Esperaba que sus palabras pudieran expresar su gratitud.

De acuerdo, debía admitid que todo se había vuelto poco más interesante conforme los minutos pasaban. De ser los primeros en llegar, manteniendo las manos en los bolsillos, observo absolutamente todo a  su alrededor, terminando por fijar aquellos atrapantes orbes dorados sobre la figura femenina de la querida anfitriona, quien se había tomado la suficiente confianza como para lanzar algo hacia su peliblanco amigo. El siguiente que vio llegar claramente debía ser espía, pues al “chico nuevo” no lo conocía absolutamente de nada, además de que parecía llevarse bien con la damita.
Por su parte el rubio permaneció en silencio con una amplia sonrisa, divertido realmente por todo aquello, su ropa claramente bien cuidada y su actitud lo hacían pasar más por un adolescente que por un asesino, aunque no era el único que no parecía lo que era allí. Los siguientes también llamaron por completo s atención, especialmente su querido jefe ¿Qué lo había hecho bajar a tal simple reunión? Al menos estaban honrados con su presencia, y él se sentía aún más relajado sabiendo que si se convertía una emboscada, al menos tenia a varios de su mismo bando.

La actitud de su compañero le llamo la atención, prácticamente había corrido para alejarse de esa bolsa de sangre y segundos después lo tenía pegado a su espalda cual hermanito menor, pues había que aclarar que el rubio era condenadamente alto. -¿Hmm?... Elevó el brazo izquierdo para poder observarlo por debajo de este, luego lo observó por arriba de su propio hombro y dirigió la mirada hacia Natasha, encogiéndose de hombros y parpadeando levemente por ello antes de sonreír  y dirigir la mirada hacia la anfitriona –Creo que bien cocida sería mejor… Respondió por su compañero, no había que ser un genio para saber que más que deseos de estar cerca de la sangre, quería alejarse.

Su atención se centró rápidamente en el tigre que había parecido allí con el animal muerto, no se moría por comerlo, pero no le molestaría hacerlo tampoco, deseos de carnívoros tal vez. Sus ojos brillaron con emoción tras claramente ver a otro de su especie allí, su aroma era distinto, por más que fuera mujer, estaba seguro que no sería un tigre completo ¿Hbrido? Seguramente.

-Bien, bien… ¿Con que se inicia? Preguntó mientras giraba levemente el cuerpo para sujetar a su compañero y llevarlo hacia adelante mientras bajo el brazo derecho tenía el balón que siempre llevaba a todos lados. –Por aquí Natasha, ven La llamo haciendo una leve seña con la cabeza antes de tomar asiento, sentando a su compañero a su lado, le palmeo la cabeza dos veces y luego observó todo en la mesa, teniendo el suficiente cuidado para no estar muy cerca del animal muerto, no quería lanzarse a comer allí.  -Wah~ Todo se ve genial… Claramente la carne cruda también.- ¡Natasha! ¡Bebamos! ¡Noah tu también! Sostuvo al asesino por el hombro y no se animó a hacerlo con la pelirrosa, no por el momento. Elevó la mirada hasta que sus ojos se encontraron con la chica del animal muerto y levanto la mano para sacudirla frenéticamente, como si la conociera de toda la vida.