D-32. El destino que tenía en la tierra junto a uno de mis hermanos, esta vez se trataba de Roll, el guardián de la clase Nube, no sabía mucho de él pero en esos días que ibas a pasar en la tierra en aquella misión de reconocimiento que nos habían encomendado seguramente pasaríamos a llevarnos un poco mejor, por lo menos bajo mi punto de vista y realmente esperaba que fuese así, de lo contrario si nos topábamos con algún peligro la cosa se podría torcer, y era mejor que aquello no terminase mal.

Tenía entendido que el sector D-32 era un sector con un clima cálido, tropical, por lo que en principio no íbamos a tener problema alguno con el clima o la temperatura, ese era un pro en la misión.  Además, el suelo era fértil y cultivable con resultados comestibles, por lo que la comida también estaba fácil de obtener, pero por el contrario de todo eso el agua no era tan fácil de obtener. Tanto la lluvia que tenía una acidez media como el agua que corría por los ríos, con cierta contaminación, podía llegar a ser perjudicial, de modo que era mejor no arriesgarse de ningún modo. Por lo menos el aire tenía una contaminación no tan alta y era respirable, en resumen: no era un mal destino para la misión de reconocimiento.

Me llevó una mañana algo ajetreada prepararlo todo para el viaje, desde las espadas hasta los suministros que podríamos necesitar para aquel destino al que nos dirigíamos. Llevé a afilar las espadas y comprobé que el traje que usaba para patrullar por la cúpula no tuviera ninguna imperfección, después de eso traté de tranquilizarme un poco, era mejor estar lo menos alterado y nervioso posible a la hora de marchar de la cúpula, pero no podía evitarlo, había leído infinidad de cosas sobre como era la tierra y tenía curiosidad por conocer más y más.

Horas después me encontraba dentro de la lanzadera justo a la hora, estaba esperando a que mi compañero llegase cuanto antes a la lanzadera pues me molestaba que alguien fuese muy impuntual, me gustaba hacer las cosas a tiempo, era una pequeña manía que tenía.