Ese día aprendí el porque los renegados no deberían estar en la cúpula, y todo aquel proceso de aprender eso empezó exactamente a las… Diez de la mañana más o menos, tuve un despertar algo… Especial por decirlo de algún modo, un par de chicos de aspecto no muy amigable me intentaron patear mientras venían gritando cosas, por eso me desperté, parecían ser de la academia, y también parecían ir bebidos, bastante, lo suficiente como para estar muy ebrios, y si eran de la academia… Seguramente terminarían recibiendo algún tipo de castigo o algo parecido. La cosa siguió más tarde, estaba en las montañas, una zona que yo consideraba tranquila, hasta que volvieron a atacarme, esta vez un grupo de hombres uniformados. Tengo que decir que ahora el ataque fue considerablemente más peligroso que el anterior, pues el del primero no llegó ni a ser un ataque, esos chicos ebrios podían mantenerse a pie a duras penas, así que pelear no podían… No de forma decente al menos. Esta vez eran más de uno, iban sobrios y tuve que salir huyendo, no quería pelea y menos causar más problemas en el entorno de la cúpula, no más de los que ya podía causar sin hacer nada.

No pasó mucho rato hasta que me encontré con alguien bastante particular en las montañas también… Era un tipo de cabello rubio, largo, que le tapaba un ojo, recuerdo que llevaba una sudadera roja y unas vendas en las muñecas. Definitivamente, era un tipo de lo más raro… Pero bueno, mejor tratar de olvidar eso, fue una situación muy rara.

Finalmente pensé en irme de las montañas, quizás era un sitio demasiado abierto e inseguro… Fui al bosque entonces, era un ambiente algo más cerrado, más abierto a emboscadas, pero a la vez más fácil de ocultarse en él, era un arma de doble filo. Me pasé ahí lo que quedaba de día, dando una vuelta, mirándolo todo, matando el tiempo… Nada interesante a decir verdad, la vida de un renegado era  tan monótona como la de un ser de la cúpula…

Cuando empezó a oscurecer los pasos me guiaron al lago, estaba totalmente tranquilo, no había absolutamente nadie, excepto por… Una tenue luz en la otra punta del lago, no reconocí a la persona que estaba ahí sentada, pero por pura curiosidad me acerqué, con las manos metidas en los bolsillos de la gabardina. Si, hacía calor, pero aún así llevaba la gabardina pues vagamente abrigaba y lo que llevaba debajo tampoco brindaba demasiado calor.

Los sonidos del ambiente eran sumamente escasos; el viento apenas hacia presencia entre las ramas de algunos árboles que bordeaban el estrecho del lago, de veces se sentía alguna que otra rana croar al saltar al agua. ¿Sería exagerado insinuar que se podía hasta sentir el aleteo de los peces ahí en el agua?. Sinceramente nunca le habría prestado atención a aquellos detalles de la vida que..podrían ser buenos motivos para disfrutar en ciertos tiempos.

El asiento no era exactamente cómodo, pero después de unas cuantas movidas de cadera y piernas lograría encajar en una posición perfecta, en la cual la espalda se mantenía recta recargada en una de las rocas medianamente grandes, la cual dejaba parte de los hombros hacia arriba al descubierto ajeno; Extendía los brazos hasta mi propio regazo, dejando descansar las mangas ahí mismo a la vez que de la izquierda, tras un agite, saltaba un pequeño libro empastado, ambas tapas eran de un grosor algo exagerado y hasta grotesco, los adornados de estas mismas eran sobresalientes, con formas inexactas y de un color dorado, el cual se había oxidado ante el paso de los años formándose así un color café de cuero desgastado, ni que hablar de las hojas, algo amarillentas y de veces, algunos rastros de tinta corridos, debido a que el libro estaba escrito a pluma y tinta, relativamente antiguo.
De momento nada , absolutamente nada había logrado percatar mi propia atención, los sonidos del exterior se limitaban a la monotonía, no había ni una alteración en el espacio. La luz que emanaba la farola de aceite no era exactamente la precisa para tener una buena lectura, mucho menos con la calidad del papel y la manera en que la letra estaba escrita en este mismo, cursiva, manuscrita. Era fastidioso, tendría que encargarme de avivar un poco más la llama, la farola no alcanzaba al estar en alcance de mis brazos, se situaba atrás de mis espaldas.
Un suspiro, me incorporé de rodillas en la roca dando la espalda al lago y viendo hacia 'la tierra',a punto de tomar la farola entre mangas cuando..cierta silueta se aproximaba.
La luz escasa y la corta vista eran elementos de los cuales me impedían reconocer de quién se trataba, al menos que este emitiera algún gesto o cierta voz para poder tener una idea. Me recliné más hacia delante recargando el pecho en la dura roca, enarcando con suavidad la ceja, hasta ver al muchacho..sí..a él le conocía   -GoodNight, Snow!- Quedando 'tranquilo tomé la libertad de recargar uno de los codos en la roca, como si fuese una mesa, mientras el brazo contrario se agitaba haciendo una seña de 'hola' común y corriente

Here:

Continué caminando hacia la figura que había sentada al otro lado del lago, tranquilo, a paso lento, no tenía prisa alguna. La suave brisa que brindaba el ambiente me daba en la cara, siempre me había gustado esa sensación, me recordaba a aquellos días de pequeño, en el orfanato, donde corría y me iba a donde fuera con mis amigos, sin que nos importase nada, creyendo que no teníamos cadenas que nos sujetaban a ese sitio, creyéndonos libres como pájaros aún sabiendo que había algo que nos retenía… Pero por aquel entonces aquellas cosas no nos importaban en absoluto.

La noche era ya absoluta en aquella hora, la luna se alzaba en el cielo brillante y blanca, esa noche había luna llena, por algún motivo siempre me habían gustado esas noches, con la luna llena en el cielo… No había ningún motivo concreto, simplemente me gustaban, me parecían algo especiales, más que las normales, llenas de monotonía para mi.

Trataba de identificar la figura que se encontraba al otro lado del lago mientras me acercaba, era una figura humana por supuesto, o eso parecía ser por lo menos... Mis sospechas se confirmaron cuando lo oí saludarme y lo vi agitar su mano en forma de saludo, y lo trato en masculino porque lo reconocí al instante, su nombre era  Alistear, Alistear Harrison, alguien que había conocido no hacía mucho tiempo y que había resultado estar emparentado conmigo, concretamente era mi hermano.

-¡Buenas noches, Stear!- Lo saludé también mientras me acercaba a él, ya más rápido ahora pero aún caminando ya que ahora ya sabía con quien me había encontrado, y no era alguien malo. Solía ignorar las relaciones con los demás miembros de mi familia y alejarme de ellos, tenía mis motivos para pensar que sería mejor así, pero en su caso era algo diferente, en los pocos encuentros que habíamos tenido  había demostrado no ser una mala persona, más bien al contrario, me había recibido bien aún sabiendo que era un renegado y que era peligroso relacionarse conmigo por la política estricta de la cúpula respecto a eso, además de que me había ofrecido varias cosas y me había ayudado cuando había necesitado ayuda.

En cuanto llegué donde él se encontraba me senté  a su lado en aquellas rocas, cerca del lago. –Hace una buena noche, ¿eh?- Dije sacando algún tema de conversación, cualquiera valdría.

Aquel saludo había sido respondido de aquella manera aparentemente animosa, en lo cual, reí por lo bajo en una supuesta respuesta, observando aquel duro andar del rubio quien se aproximaba.

Aquella altura, esas duras facciones y el par de orbes claras daban la mismísima referencia de quien se trataría de Rebecca, una flor que terminó pudriéndose en un florero al cual nunca le habían cambiado agua, una flor que nunca fue expuesta al sol, siempre, dejándola entre las sombras.
Sin duda Snow salió con aquellos dotes de la fémina, las cabelleras del color de sol dejaban en claro que aquel gen predominó en el contrario, dejando esa melena que parecía ser revoltosa cuando el viento azotaba contra su dirección, sumado a las orbes celestinas que caracterizaban aun más la similitud entre ambos. Podría llegar hasta asegurar que lo único que posee del presunto padre, es la sangre, el apellido y tal vez alguno que otra actitud o muletilla de éste.

Un detalle realmente irónico.. a pesar de que Snow era el hermano menor de la cadena, al menos, masculina - Y menor hasta el momento, quizá quien sabe cuantas semillas habrían sido plantadas después de aquel muchacho, y de la joven que ya había apagado la llamarada de la vela hace unos tantos meses atrás - y se trataba del ejemplar más alto, y más corpulento. Por lo que quedaba en una posición realmente enclenque tanto como a Tsubaki, Allen, Noah, e inclusive quien mismo esta pensando esto al momento.

- Sería boca de lobo si es que la luna no estuviese en su mayor grado, aun así el resplandor es agradable. - Una vez que el rubio habría tomado asiento, tomé la farola con las manos para darle un poco más de llamarada, para iluminar al menos el sector en donde este se encontraba. No habría necesidad alguna de seguir con la lectura, por ende, cerré aquel libro añejo cuan pasa, dejándolo tras el supuesto respaldo de rocas para no dejarlo al completo descubierto, tornando la mirada en el mismo lago sonriendo esta vez de una forma suave. - ¿Qué te trae a estas horas al lago, muchacho? - Sentía algo de curiosidad ante ello; pocas ocasiones, pero realmente gratas había logrado terciar con el muchacho, todas, si bien logro recordar, de día, y la gran mayoría comenzaba en el mismo punto que conectaba los senderos, el bosque. Sin perder la costumbre, sacando del pequeño bolso que colgaba de la chaqueta propia, aproximaría una pequeña fuente de porcelana lila, la cual, dentro, contenía bombones de licor de diversos sabores, desde fresa a menta, desde mora a guinda... - ¿Gustas? -

-Si, hace de esta noche algo mejor, por lo menos ayuda a ver.- Cuando él avivó la llama del farolillo que llevaba pude verlo todo mejor, incluido a él. Creo que cualquiera que nos viera no creería que fuésemos hermanos, él era albino, con el pelo blanco como la nieve y yo rubio, él tenia los ojos rojos como la sangre y yo azules... Bueno, más que los ojos en su caso era ''el ojo'', mejor dicho, pues el otro siempre lo llevaba tapado por el pelo... No sabia que había ahí debajo, pero tenía cierta curiosidad por ello. Aún así decidí no preguntar ni intentar verlo, seguramente tendría sus razones para ello, y no quería tampoco invadir su intimidad tratando de ver lo que había debajo de ese misterioso flequillo. Además, incluso siendo él mayor que yo, era yo más alto, y por más de una cabeza. Pero eso ya venía siendo algo más normal, a diferencia de las demás distintivas de aspecto que se veían a simple vista entre nosotros dos

-Realmente nada en especial, tan sólo buscaba algo de tranquilidad y he terminado aquí, y... ¿Que haces tú por aquí?- Pregunté, pues yo no esperaba encontrar  nadie a esas horas rondando por el lago, y menos a alguien de la academia. Según tenía entendido Allistear era un profesor de la academia, o al menos eso fue lo que me dijo cuando lo conocí, en un encontronazo dentro de los jardines pertenecientes al sitio que ya acabo de mencionar. Aquel día mencionó a más de un familiar más que habitaba en la cúpula, pero no había encontrado a ninguno todavía, aunque a decir verdad tampoco tengo muchas ganas de ello, desde pequeño no quería saber absolutamente nada sobre mi familia y en ese momento no era una excepción, aunque me llevara bien con él y con Bella. Igual que me llevé bien con otra hermana, Jacqueline, aunque ella terminara sin vida dentro de un cristal de hielo pocos días después de que la conociera... Me alegra haberla conocido, y aún me arrepiento de no haber llegado antes para poder habido evitar aquello.

Observé como sacaba un bol con caramelos de un bolso que llevaba colgado, no sabía como hacia eso, pero daba igual, mejo no preguntar como guardaba algo así en el bolso -No, gracias- El dulce no era algo que me gustase mucho, y en ese momento no me apetecía, aunque parecía ser que a él le gustaba bastante, pues no era la primera vez que lo veía comer dulce o que me había ofrecido alguno.

Asentiria suavemente con el rostro al oirlo.No era exactamente que afirmaba algo, si no mas bien dejaba en claro la atención que le tendria, que lo escuchaba.
La pequeña farola ardia con cierta furia, al menos ya estaba el sector un poco mas prendido..al menos aquel 'circulo'... nuevamente me hacia espacio entre el asiento, a la vez que señalaba con el brazo una similitud de puesto formado por otro grupo de rocas que estaba frente a donde me posicionaba - Vamos...toma asiento...o piensas quedarte ahí parado? ~Agregaria ademas la invitación para 'igualar condiciones' a pesar de encontrarse en un lugar abierto...si..era la costumbre hacer aquellas invitaciones innecesarias...Aunque..si el rubio estaba dispuesto a quedarse de pie..o marcharse claramente no lo detendria...puesto que después de todo era libre de hacer lo que de le plazca

- A pesar de todo..la cúpula es algo oscura...se ve que se ha requerido trabajo para una imitación decente de la tierra- Solitaria en una especie de delirio...asi de la nada...un pensamiento dicho... No sonaba del todo fuera de lo comun...tal vez algo fuera de contexto pero de todos modos no me habría planteado ni un segundo en decirlo...
Ladearia el rostro con levedad sonriendo de oreja a oreja..empalagoso como de costumbre.

- Enhorabuena entonces...el lago es el perfecto lugar para estar tranquilo.- Agregaria, a la vez observando la fuente la cual contenía los bombones en busca de uno de trufas con licor...claramente sin manosear los manjares aunque se encontraban envueltos en un aluminio dorado.- Por ende ..también es un lugar adecuado para leer...No de noche..pero de día es un lugar mas situado.- Responderla de tal forma indirecta a la pregunta que el rubio formulo.
La verdad es que el lago era uno de los lugares donde uno podría encontrarse con muchas personas..incluyendo gente que no corresponda precisamente a la cúpula..pero no todos eran malos.mal contrario..algunos eran lo bastante agradables y...no..dudaba que inofensivos. Y dentro de aquella categorisacion entraba Snow ¿y por qué no?...aún no existían motivos como para dejarlo como supuesta amenaza para los habitantes... O al menos eso pensaba..hasta donde lograba topar el conocimiento que era practicamente la nada misma.
Aún así aquel santuario era testigo de tantas escenas...que si la cúpula se tratase de un destino vacacional..el lago seria uno de aquellos sitios imperdibles por visitar.

Bajaria entonces la fuente de bombones al escuchar la negación seguido de aquel gesto corporal de encogida de hombros...claro..sin antes encontrar el dulce que anteriormente me dedicaba a busca,un bombón de trufa con licor. Seguidamente abrirla el envoltorio y comeria a pequeños trozos..siendo cuidadoso de no derramar el manjs de licor y dejar todo pegajoso.

-Si... No suelo pasearme por aquí, pero sin duda es un buen lugar.- Comenté a la observación de mi hermano mientras me sentaba a su lado, ya que él me había ofrecido el hacerlo. Miré la sección del lago que había iluminada por la luz de la farola y decidí reflexionar, en parte en voz alta sobre el tema de la reconstrucción de la tierra que la cúpula pretendía ser, en mi opinión no había nada como el original, ya sea en cuestiones de música, arte, o lo que fuera, pero sobretodo en ese tema... La cúpula intentaba imitar lo que la tierra fue una vez, aunque realmente no terminase de conseguirlo. Al fin y al cabo era una imitación... Y no entera, si no una muy pequeña parte de la gran inmensidad que es la tierra, aunque actualmente esté en gran parte destruida.

-Por mucha imitación trabajada que sea no creo que sea para nada lo mismo que la original.- Terminé por soltar, lanzando una piedra al agua, que rebotó un par de veces antes de hundirse en la inmensidad y profundidad del lago. Supongo que no pensaría lo mismo de la cúpula si siguiera allí... Legalmente, pues fui expulsado años atrás por no seguir cierta norma y defender a renegados que eran inocentes frente a gente que los atacaba, algunos vigilantes o hasta guardianes, acabé mal en más de una ocasión, pero no me arrepiento de nada, y tampoco creo que llegue a hacerlo, le di a esa gente más vida, aunque fueran unas simples horas o días, cada segundo vale la pena.

Cogí otra piedra y la lancé también al lago, esta, a diferencia de la otra, se hundió directamente. Después de eso miré a Stear y chasqueé los dedos, creando una chispa de luz que perduraría un rato, no me gustaba usar mis poderes, pero la luz del farol empezaba a debilitarse poco a poco.

- Stear... ¿No te preocupa que te descubran y te echen? Quiero decir... Soy un renegado, a mi me echaron por  defender a varios.- Pregunté de la nada, por curiosidad, a decir verdad era una pregunta que antes no se me había pasado por la cabeza, y ahora era algo que quería saber, al fin y al cabo eramos hermanos, posiblemente fuera por eso, aunque aún así... No sabía mucho de él, no sabía que pensaba de los renegados ni... Bueno, casi nada, sólo nos habíamos visto en unas dos o tres ocasiones.