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Mensaje por Jaeger Köenig Jue Dic 04, 2014 10:15 am

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Habían transcurrido varios meses desde aquella última vez que pisó el suelo de la Cúpula. Sus resultados y búsquedas escaseaban y necesitaba nuevo material, nuevos instrumentos y nueva información. Y por más que leía y practicaba, no encontraba la fórmula perfecta para uno de sus pequeños experimentos. ¿Tan mal lo hacía? ¿Tan difícil resultaba? ¿Tan alto era el porcentaje de fracaso? Quizás aspirase a mucho, o que todavía no tuviese el poder mágico suficiente.
Sea cual fuere la situación, quien busca, encuentra... Así que hagamos la prueba.

Una vez eludidas la vigilancia y la seguridad de la estación e inmediaciones de la cúpula, procedió a esconderse en los bosques, con la principal intención de pasar desapercibido en la Cúpula. Según las fuentes de información, todo renegado o indeseable era expulsado del lugar, ya sea muerto o vivo. Aunque tuvo sus buenos momentos, el mago no era muy conocido en aquel ''mundillo'' flotante; de hecho, consideró eso como lo mejor: menos antecedentes, menos probabilidad de ser descubierto.

Sobre horas matutinas, apenas visible el sol debido a la presencia de rechonchas y esponjosas nubes, el pelimorado había salido de la espesura de los bosques, internándose de a poco en la gran academia. La fresca brisa invernal no le era problema, estaba bien abrigado y vigilante. Recordaba más o menos cómo guiarse por esa zona, pues había pasado casi dos años estudiando allí. La duda planteada consistía en ir en solitario o servirse de ayuda. Calculó pros y contras mientras acortaba distancias con la academia.

Los jardines le indicaron que iba por buen camino, solo tenía que ir al típico punto de partida suyo: la biblioteca. Se guiaría sin problemas, pero los meses cambiaron el lugar, al menos, un poco. Un objetivo suyo era dar con un libro mágico relacionados con hechizos de tipo ígneo, el cual podría portar cualquier profesor/a o estudiante consigo. Su especialidad no era robar ni hacer tratos, así que debía ingeniárselas para hacerse con aquel tratado. De momento, la biblioteca quedaba como segunda opción... Distinguió a alguien, quizá le fuera de utilidad.

En cuestión de segundos, su atención fue robada por cierta presencia, desconocida para él. Arreglándose con cuidado sus oscuros ropajes, dirigió su marcha hacia aquella joven. Sin prisas, no tenía razones para perder la paciencia. El plan sería sacarle información, probablemente desconfiara del pelimorado. A los ojos del mago, parecía una humana corriente, mas no le tranquilizaba eso. Hasta el ser más indefenso sería capaz de ocasionarle molestias. Empleando un tono audible y suave, le habló:

-Oye, pelirroja...- Algo descortés reconoció ser al llamarla así, pero claro estaba que no la conocía en absoluto ni había nadie en todo el jardín más pelirroja que ella. Se paró para no espantarla o incomodarla, esperando que note la presencia del Renegado -Parece que buscas algo o a alguien... ¿Te puedo ayudar?

De hecho, Jaeger era el que aceptaría ser ayudado, simplemente probó curiosear.
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Mensaje por Invitado Jue Dic 04, 2014 7:56 pm

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Mantenía los ojos cerrados, pensando precisamente en todo lo que había ocurrido, demasiados cambios seguramente desde que había dejado atrás todo aquel horror ocasionado por la guerra, cambiando drásticamente su vida casi al ciento por ciento. Allí se encontraba ella, sentada bajo un árbol con la espalda recargada contra la corteza del mismo, mostrando una inquebrantable serenidad en su rostro, condición totalmente acertada en aquella joven maga que había pasado de contar con la guía de sus pares a estar completamente sola en cuestión a lo afectivo o familiar. No importaba, no realmente, ella confiaba plenamente en que de alguna manera u otra podría siempre afrontar las complicaciones que pudieran surgir, siempre con optimismo y voluntad.

Una voz masculina y desconocida la sacó de sus reflexiones, provocando que poco a poco fuese abriendo los ojos, posando de tal modo aquellos orbes violáceos y expresivos en la figura de aquel desconocido que parecía hablarle con demasiada soltura. Parpadeó con leve curiosidad unos instantes antes de ponerse finalmente de pie, sacudiendo sutilmente la falda que llevaba puesta restos de césped, siendo esta parte del uniforme que la catalogaba como estudiante de la academia.

La brisa fría se hacía sentir con más persistencia, justamente con la pronta llegada del invierno. Esta parecía rozar delicadamente las piernas de la chica, así como también mecer aquellos rojizos cabellos hacia un costado, otorgándole tal vez una impronta ligeramente más mística o sobrenatural a aquella encantadora muchachita. Algo que no le gustaba demasiado era que la hicieran notar por el color de su cabello, ya que lo consideraba la causa de no poder pasar correctamente desapercibida como en más de una ocasión hubiera deseado.

-¿Yo? ¿Buscando?- Cuestionó tranquila en un tono de voz realmente armonioso, tal vez desconcertada incluso por no saber a qué se debía esa pregunta tan de golpe, sin embargo, eso no quitó que mostrara una apacible sonrisa muy leve sin apartar la mirada de aquel extraño que parecía algo serio, o hasta desorientado tal vez. –No estoy buscando a nadie, ni tampoco algo, simplemente descansaba un poco antes de volver a clases. Pero gracias por preguntar...- Musitó sin problema alguno, dejando ambos brazos a cada lado de su cuerpo. Aquella expresiva mirada entornada se mantenía fija en el muchacho de cabellos violaceos, tal vez denotando curiosidad, pero también calma y mesura, sin perder el estado de alerta tan propio de ella.
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Mensaje por Jaeger Köenig Vie Dic 05, 2014 12:22 pm

Re: ¿Me lo prestas? [PRIV.: Arabella]

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No hubo problemas a la hora de que ella respondiera, y lo mejor de todo, solo estaba tomándose su tiempo libre para descansar. Quizá se estaba echando una cabezadita matutina antes de volver al deber. Por la vestimenta, confirmó que se trataba de una estudiante. Igualmente, el tiempo podría apremiarla para largarse a clase, así que había que aprovechar el momento oportuno para conocer... o darse a conocer o conocerla.

-Aún falta mucho para entrar a clase...- Se miró la muñeca, como si quisiese consultar la hora (que no tenía ningún reloj, por cierto, solo fue un sencillo y absurdo amago). Todavía recordaba las tempranas clases mañaneras, los retrasos, los desayunos con los colegas... Volviendo la mirada hacia la pelirroja, se dio cuenta que ella permanecía muy calmada. ¿Era propio de su carácter? No se pondría ahora a analizarla, puede que la compañía de esa joven no le beneficiase, pero puestos a hablar de algo... ¿Por qué no?

-Y disculpa por no saludar, estaba pensando en otra cosa, soy uno de los...

Renegado.Renegado. Renegado... ¡RENEGAAADO! Aquella voz retumbó en su mente como cuatro buenos martillazos, intentando marcar el ritmo suficiente para que soltase esa palabra por la lengua. No era gran actor para mentir, ni tan pésimo como para malinterpretar. Lo más probable es que sus actos le delatasen como oposición a la Cúpula, así que por ahora, prevalecía pasar desapercibido. La evasión, o la auto-defensa, quedaban como últimos modos de salida. Jaeger solía evitar enfrentamientos innecesarios. Dudó en esa décima de segundo, mas ello no le impidió seguir hablando con el mismo y corriente tono:

-...Habitantes que ayudan a la Cúpula, interesado en cierto libro. ¡Agradecería tu ayuda!- ¿Ocasión para las presentaciones? Visible. Se le aproximó con paso seguro y desgarbado, extendiendo el brazo para ofrecerle la mano envuelta en guante de fina y negra tela. A la espera de un apretón de manos, le dedicó a la chica un leve y cálida sonrisa, fijándose en los cristalinos ojos ajenos. Como si el ''me llamo...'' sobrase, se presentó con toda naturalidad:

-Jaeger Köenig.

En la Cúpula, su fama ya habría pasado, a no ser que ella ya supuiera que era un Renegado. En tal caso, la cosa se complicaría. Pero recordó que los estudiantes no solían estar al tanto e los delincuentes o más buscados. Además de que el mago de pelo morado no acostumbraba a provocar caos y destrucción. Sus prioridades pasaban por no alarmar a la joven desconocida y obtener a la vez el libro. Puede que para ello, necesitase caerle bien a la pelirroja. Había molestado su descanso y ya que ella se levantó, que por lo menos no lo hiciera en vano.

Cuestión de tiempo que la relación cuajase... o no.
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Mensaje por Invitado Dom Ene 11, 2015 11:27 am

Re: ¿Me lo prestas? [PRIV.: Arabella]

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Claramente, se mantuvo en tranquilidad total mientras observaba al extraño, ciertamente ella solía ser en algunas circunstancias una mujer bastante segura de sí misma, pero por sobre todas las cosas algo confiada aunque estuviese frente a extraños, más aun cuando se le solicitaba su ayuda aun cuando desconocía en totalidad a la persona que tenía en frente. Los ojos violáceos con reflejos magenta de la pelirroja se posaron con decisión sobre los orbes contrarios, quizás en una clara señal de buscar algún atisbo aunque sea de falsedad o peligro en sus intenciones. Al final solo desvió la mirada unos instantes mínimos al sentir las voces de otros supuestos alumnos que al igual que ella habían escapado de clases.

-Es un placer, Jaeger- Aseguró la menor, pasando a ejercer un delicado movimiento con su diestra en la clara intención de estrechar la mano contra la de él, por simple respeto, saludo, educación o incluso porque se le daba bastante bien entablar conversaciones con los extraños. La brisa algo fría movió por tercera o cuarta vez tanto sus ropas como aquella espesa melena increíblemente roja como el mismo rubí que solo conseguía enmarcar todavía más su agraciada figura. –E-este…bueno….- Apenas murmuró, sonriendo ligeramente mientras se rascaba la mejilla izquierda con la mano libre, mostrando un profundo sonrojo de vergüenza ante la explicación que estaba a punto de darle. –Verás…yo me…emh…bueno…es decir, o sea…huí de clases unos momentos por lo que si…vuelvo a entrar ahora, no tengo ninguna posibilidad de huir de algún regaño de mis profesores así que…yo…-

Elevó la vista al cielo, claramente porque en ese momento se sentía increíblemente tonta por la clase de chica irresponsable que podría llegar así consigo misma en algunas ocasiones. –Además no llevo mucho tiempo aquí, dudo poderte ser de ayuda, pero si gustas…podemos esperar a que termine el horario de clases e ingresar o bien puedes recurrir a otro que seguramente te sabrá guiar mucho mejor que yo…Lo lamento demasiado- Musitó siempre manteniendo el tono de voz animado que esbozaba dulzura por doquier, así como también dejando en claro que esa señorita podía ser increíblemente descuidada por momentos como así también ofensiva cuando la situación lo requería.

Finalmente, llevó la mano diestra sobre sus propios labios completamente sorprendida como si hubiese olvidado algo de suma importancia en cuanto a sus modales, por lo que su sensación de verguenza se incrementó enormemente, sin embargo...trató de disfrazarla tras unas pequeñas risas. -Que ida...no me presente, soy Arabella...Arabella Ravenclaw, una estudiante más de la academia-
Invitado
Mensaje por Jaeger Köenig Lun Ene 12, 2015 10:01 am

Re: ¿Me lo prestas? [PRIV.: Arabella]

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No se sabía a ciencia cierta cómo desembocaría aquel encuentro casual, pero apenas establecieran un mínimo contacto directo con su mano, Jaeger comprobaría que no  se trataba de una humana ordinaria, lo cual provocaría su sorpresa, se podría decir que hasta admiración hacia la pelirroja. La desconfianza iría mermando apenas escuchase el apellido de la damisela de cabello carmesí. También se dio cuenta de que ella hablaba educada y elegantemente, incluso tenía su toque dulce y tierno. La tendría en cuenta como posible amiga, lo que faltaba en esos momentos es que le comprendiese.
Por un lado, no quería meterla en líos; por otro lado, conseguiría más información y demás simpatizando con ella. Lo esencial era no levantar sospechas, ser uno más, moverse fusionado con la multitud, interpretar su papel de ''antiguo alumno Jaeger''... ¿Tendría éxito? ¿Dependía ello de la bella joven que tenía delante?

Bien que diría ''igualmente'', pero no se sabía su identidad. Por entonces, representaba todo un atractivo misterio para él, pero no se lo tomaría como juego ni como broma. Quería que todo saliera bien, la paciencia era una virtud, pero el mago también debía saber cuándo era el momento de huir y, por ende, sobrevivir. En resumidas cuentas, no había ningún problema, pero nada más estrechar la mano de ella, su habilidad ''Canalizar'' se activó casi de inmediato. Esta técnica permitía al pelimorado ejecutar parte de sus poderes, así como apoyar a otros hechiceros (chamanes, nigromantes, otros magos, etc). Sus ojos se abrieron como platos, víctima del asombro, notando como una amena conexión eléctrica por un puente (las manos en contacto)... ¿Ella era maga? Pero no se lo podía creer, la pelirroja se veía tan joven y sentía un gran potencial en sus poderes. Tal vez en un futuro cercano, tendría que considerarla como un peligro importante...

Hablando de la estudiante, esta no habría notado mucha diferencia al tener él activada la habilidad antes mencionada, si acaso, un ligero y casi imperceptible incremento de poder. Cuanto más se pareciesen sus elementos, tanto más poderoso sería el vínculo y la combinación de poderes. Pero dejando el estrechón en un aparte, Jaeger pensó que ella estaría relacionada con el elemento fuego, en teoría por el llamativo tono de su cabello.

Aunque al principio ella titubeó en el hablar, a él no le importó eso. De todas manera, ¿quién era él para pedir explicaciones? No obstante, tenía una buena excusa para servirle de ayuda. Aquel sonrojo le enterneció un poco, mas no dejaría de lado su objetivo principal:

-Podría ser tu justificante de demora a clases- Le propuso esa idea casi sin instintivamente, como si él la hubiera invocado para algún propósito en particular, otra cosa es que sus profesores se tragasen el cuento. Le comentó el plan de forma breve -Tú dices que soy algún familiar o conocido tuyo y yo doy constancia de ello. ¿Qué te parece?

Aquella argucia no era del todo perfecta, pues no sabía si alguien la había espiado, pero había una cosa bien clara: se arriesgaba a que otros lo vieran y reconocieran. Quien algo quiere, algo le cuesta, el caso era intentarlo. Comprendió que la ayuda ofrecida por ella sería limitada, pero indispensable. Por poco que supiera, le bastaba, así que preguntó marcando sílaba:

-¿Alguien me-jor que tú? Voy a encontrarlo- Cerró sus profundos ojos celestes por unos escasos segundos y volvió a abrirlos, teniendo aún delante a la pelirroja. En tono afable y despreocupado, le contestó -Ya, ya lo encontré.

Tan pronto como ella mencionó su nombre, su gesto quedó incrédulo, con ambas cejas arqueadas:

-¿Has dicho Ravenclaw? Mi padre solía hablar mucho de vuestro apellido británico, os consideraba gente respetada y... temida. Es todo un honor, señorita Ravenclaw- La agobiaría a reverencias y formalismos, pero no iba a estar de empalagoso tan continuamente. Sus manos volvieron a los bolsillos, con la brisa meciendo las ropas de ambos.

Dijo ''consideraba'' porque él había perdido a su familia hace más de diez años, desde entonces se las apañaba en solitario; o bien, acompañado. El tiempo atenuaba el dolor emocional, pero la cicatriz seguía presente. Estaba refrescando, así que le sugirió a la joven caminar en dirección a la academia. No había prisas, pero tampoco tenían por qué estar pasando frío por allá.

Eso ya quedaba a criterio de la hechicera, puesto que en cierto modo, actuaba como guía del chico de pelo morado.
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Mensaje por Invitado Sáb Ene 17, 2015 12:06 pm

Re: ¿Me lo prestas? [PRIV.: Arabella]

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Inevitablemente le dedicó una pequeña reverencia en señal total de respeto, así como también demostrándole que ella era la halagada por estar ante él. Por lo que terminó llevando ambas manos delante, entrelazándolas con delicadeza para tan solo inclinarse apenas lo suficiente, en tal movimiento, aquella melena carmesí e intensa cayó con gracia por sobre su hombro derecho, denotando el largo total de la misma. Tras incorporarse, mantuvo hacia él una sonrisa completamente apacible, que podía expresar en el contrario un profundo sentir provenir de la joven maga.

-El placer es todo mío y…efectivamente, provengo de Inglaterra, te agradezco que hayas mencionado con cierto respeto el apellido de mis ancestros. Pero, permíteme dejarme llevar por mi curiosidad…¿eres un mago, también?, puede no responder si lo desea, es solo que hasta donde sé…solo los magos podrían llegar a recordar el apellido Ravenclaw- Susurró en lo que se encaminaba al lado del contrario, manteniendo el paso lento pero con firmeza en casi todo momento, simplemente porque estaba dejándose llevar por las palabras del aquel muchacho que se estaba ganando la confianza de la jovencita.

-Está bien, supongo que podemos hacerlo, pero…no me agrada mentir realmente. Soy pésima haciéndolo, así que si alguien nos pregunta, simplemente decimos la verdad. Después de todo solo estás buscando información y habitas aquí, no debe haber ningún tipo de problema- Comento a nueva cuenta con ese tono de voz completamente encantador que tanto la caracterizaba, ella por su parte, continuó observándole de reojo con total calma e incluso dejando escapar algún que otro suspiro en el proceso cuando emprendían juntos el camino hacia el interior de la academia.

Una potente brisa fría meció las hojas y ramas con tal fuerza que generó una ventisca lo suficientemente intensa como para hacer que la joven cerrara los ojos unos ligeros instantes y sintiese así mismo como sus cabellos eran mecidos hacia atrás, dejando una pequeña estela carmesí acompañada por el suave perfume que emanaba de su cuerpo por esos segundos.

-¿Específicamente que buscas?, quizás me haya topado con dicho libro en alguna de mis recorridas, pero realmente…no estoy segura. Creo que como la mayoría están en horarios de clase los pasillos estarán vacíos, será más fácil el simple hecho de transitar y por ende llegar- Finalizó tranquila y serena mientras le observaba, estudiándole con la mirada disimuladamente ya que le llamaba la atención, había algo en él, tal vez su energía que hacía que la joven maga no dejara de observarle con propia curiosidad oculta para que este no se fuera ofender.

Notita brujeril(?):
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