Habían terminado las clases de ese día, y había ido al tablón de anuncios para ver si había algún tipo de trabajo o algo parecido para poder llegar a conseguir algo de dinero para mis cosas, encontrando algo que mis ojos pasaron a casi salirse de mis órbitas, ya que no esperaba en absoluto llegar a ver un trabajo como ese, siendo que podía estar preparando dulces con ayuda de las directrices de chefs especializados, y encima iba a poder cobrar por ello; encima de quizás llegar a empezar a comerme un buffet libre de sobras de postres buenísimos a mi disposición, asi que inmediatamente pasé a la secretaría para poder registrarme a hacer ese trabajo a media jornada. Una vez me dieron las indicaciones oportunas, pasé a ir con paso ligero al comedor, donde estarían esperando a los que quisieran participar en el trabajo a media jornada, y esperaba poder llegar a ser el catador de las cosas, porque una de las cosas que me llegaban a encantar era el llegar a comer los dulces.

Una vez llegué, inmediatamente pasé a entrar en la cocina, donde nos esperaban los cocineros, e inmediatamente pasaron a darme un delantal para poder evitar mancharme con los posibles accidentes que pudieran suceder en la cocina, aparte de que yo dudaba tener problemas, ya que me recordaban a los pasos que tenía que hacer para conseguir fabricar los objetos que empleaba para las cosas que usaba para combatir, o sanar si era necesario. Tendría que plantearme el tenerme que pasar por la enfermería para usar mis pociones curativas, y estaba seguro de que estarían en gran demanda porque con las situaciones en las que estábamos, dudaba que la afluencia de personas heridas fuese pequeña, pero de momento lo que tenía que hacer era disfrutar de los dulces que iba a preparar; en cuanto llegasen todos los que se habían apuntado al trabajo a media jornada claro esta.

Tras meditarlo bastante, Jeanne se había decidido por tomar un trabajo de medio tiempo. No era que necesitara demasiado el dinero, pero un ingreso extra no vendría mal con los destrozos de cierto gato anaranjado...
Reviso el tablero de trabajos disponibles en la academia. Si iba a tomar un trabajo, quería que fuese algo sencillo donde no hubiese demasiado riesgo de hacer un desastre (sabía ue trabajara donde trabajara, iba a hacer un desastre...). Tras unos minutos de minuciosa revisión, se dio cuenta de que en la cocina necesitaba a ayuda con la repostería para después de clases. La idea no sonaba mal y la repostería era una de las pocas cosas en las que tenía habilidad. Con una sonrisa en el rostro, se dirigió a llenar las solicitudes correspondientes.
Al final del día escolar, se dirigió a su nuevo empleo.
L llegar les dieron las indicaciones de trabajo y los materiales necesarios para el trabajo. Entre los presentes, reconoció a un compañero de clase. Era... ¿Blodmil? No, así no era... ¿Blodmiles...? Tampoco... ¿Blodtir...? No, no le sonaba a que fuese así... Menudo fallo de memoria en este momento... Era... Era... ¡Blodmir!
Una sonrisa de satisfacción al recordar a su compañero de clase se deio a notar en su rostro. Con algo de timidez, fue hacia donde él y saludó.
- ¡B-Bonjour, señor Blodmir...! - si bien, seguía un poco renuente a socializar, dio lo mejor de si para saludar con entusiasmo - E-Espero que nos llevemos bien... ¡D-Demos lo mejor de nosotros....! - comentó con una tímida sonrisa.

Pronto llegó otra alumna que iba a trabajar con nosotros, siendo una alumna de mi misma clase, lo cual se consideraba como compañera de clase... no es que me conociera a todos los compañeros al dedillo, sobre todo porque no hablaba con ellos exceptuando cuando era absolutamente necesario, y solía irme a las afueras normalmente a recolectar materiales o a conseguir dulces en una pastelería hasta quedarme a gusto después de un día de estudios. En este caso, mi compañera era Jeanne Chevalier, una chica que parecía algo tímida con los demás, pero se notaba que podía llegar a tener un buen corazón, asi que en ella no llegaba a terminar de distanciarme del todo, porque a menos que fuese una actriz buenísima, dudaba mucho que su actitud fuese un acto, y por tanto podía llegar a confiar en ella para recibir apoyo en todo momento.

- Pues sí. - Dije, sin saber que decir. Estaba mas interesado en hacer dulces y comerlos antes que de socializar con una de mis compañeras de clase. Lo que no esperaba era que nos pusieramos en pareja, tocándome con ella, asi que tendría que tratar de sacar esto adelante sin que ella llegase a fastidiar mis intentos; a menos que de repente ella se convirtiese en una chica que supiera hacer unos dulces verdaderamente buenos, y lo demostrase, teniendo yo que ponerme las pilas para poder llegar a conseguir mantener el ritmo, aunque la cosa es que cobraba igualmente por hacer el trabajo, asi que no es que tuviera que esforzarme demasiado, exceptuando para poder llegar a comer los dulces una y otra vez sin decoro alguno, hasta que estuviese totalmente lleno.

- Bueno, segun la planificacion, tenemos que hacer un tiramisú. Lo primero es separar las yemas de los huevos. ¿Puedes encargarte de montar la clara? - Dije, pasando a separar la yema de la clara en los huevos, para después empezar a mezclar la yema del huevo con azúcar, después añadí el mascarpone; un tipo de queso que estaba bastante bien para el dulce que estabamos haciendo, y empecé a mezclarlo bien, ya que era cuestión de asegurar que la mezcla estuviese totalmente bien. Solo esperaba que mi compañera tuviese la clara montada para cuando terminase de mezclar, y tuviera derecho a comer el tiramisú en cuanto estuviese listo.