Las clases de nuevo empezaban, y esta vez estaba una de creación de pociones. En un principio, a la mayoría quizás no le ilusionase, pero a mi si que me iba a encantar, siendo que prefería una buena clase de pociones a las clases de deportes en las que te obligaban a correr sin sentido alguno; a pesar de que era necesario para poder mantenerse en forma y reaccionar contra los enemigos sin tener problemas físicos graves. Sin embargo, lo que llegaba a reducir el entusiasmo que tenía sobre la clase era el apodo que tenía el profesor que lo daba, siendo que era el Mr. Lovely Love... ¿A quién demonios se le ocurrió ese sobrenombre que daba ganas de vomitar miles de veces y no parar? Estaba claro que tendría que tener cuidado de aguantar esos sentimientos para tratar de conseguir los mejores resultados.

Las clases por este estilo solian ser privadas, porque el profesor de ese modo podía dar tutela rápida sobre que era mejor desarrollar en el alumno, asi que fui a la clase, donde supuestamente estaba el profesor. Respiré hondo, dispuesto a tratar de llegar a aguantar lo que ese sobrenombre podía llegar a significar, si eso podía llegar a ayudarme a mejorar las capacidades de mi pocion curativa, Era bastante buena para curar heridas externas y venenos, pero en cuanto llegaban huesos rotos o heridas internas, la poción se tornaba inservible, por lo que tenía que mejorar ese punto para lograr los mejores resultados para el tratamiento de heridas en el momento de la batalla. - Señor Alistair, soy Grothnack Blodmir. Vengo para la clase de Pociones. - Dije sencillamente, tomando mi sitio en el laboratorio que se iba a usar para las pociones, esperando que la clase fuese entretenida, y no un martirio horroroso, pero eso dependía sobre todo del profesor para corroborar esto.

El remarcaje de que tomase algo más de confianza con él llamándole Stear era algo a agradecer, aunque yo prefería ir con el calificativo educado de profesor entre otros. Pero sus siguientes palabras provocaron que mi ceño se frunciera... vale que fuese bajito, pero era tan capaz como el resto, aparte de que ya me costaba llegar a determinados estantes por mi cuenta, no tenían por qué recordarme mi estatura, era algo que me fastidiaba enormemente. Eso, y las bromas sobre mi estatura o mis reacciones a dichos comentarios. Sin embargo, pronto mi atención pasó a dirigirse hacia otro punto que me era mas agradable. ¡Dulceeeeeee! Me encantaban los dulces, y me estaba ofreciendo uno ahora mismo para tomarlo. - Acepto con gusto. - Dije, alargando la mano, cogiendo uno de esos dulces y colocándolo en la boca para empezar a saborearlo. Entonces me di cuenta de que se me pasó una pregunta, asi que pasé a hacer un hueco en mi boca para poder hablar bien sin que hubiese malentendidos, y me dispuse a hablar.

- Quisiera clase de pociones, porque tengo dos de ellas que; aunque resultan bastante útiles, a la larga provocan un malestar o intoxicación que el cuerpo no puede con ello. Dejeme que le muestre las pociones. - Dije, pasando a hurgar en mis ropas, sacando de ellas dos pociones, una que era la poción curativa que solía usar para sanarme, y la otra era la reforzante, la cual permitía mejorar mi cuerpo durante un corto espacio de tiempo, y luego me causaba bastantes problemas en cuestión de mareos. Esperaba sobre todo, retirar los efectos secundarios para que no fuesen tan fuertes, o quizás llegar a saber que tenía que buscar o hacer para mejorar dichas pociones a otras más útiles. Respiré hondo, dispuesto a explicarle las pociones al profesor, ya que de un vistazo dudaba que pudiera identificarlas, aunque me mantuve callado, ya que pronto me acordé de que las pociones tenían las etiquetas indicando que era cada poción, asi que seguramente era mejor que el profesor me guiase.

El profesor tuvo a bien de empezar a revisar las pociones, empezando por la curativa, destapándola y oliéndola, quizás tratando de adivinar un poco que ingredientes había dentro, o quizás alguna otra cosa que se me escapase. Me pidió que explicase la poción, que ingredientes utilizaba y también que tipo de efectos secundarios me provocaba. Era algo lógico, y quizás pudieramos llegar a perfeccionar la poción sin ningún problema si cambiábamos un poco los tipos de ingredientes usados entre otros, aunque tenía que decir que mis conocimientos de herbolaria; aunque extensos, seguramente se me escapasen varios todavía por no ser un experto en esa materia.

- Bueno, esta poción esta compuesta de diversas hierbas, la mayoría medicinales, como flores azuladas de una montaña, o lavanda, junto con unas setas. Luego las mezclo, y empleó un conjuro para intensificar los efectos. Aquí tiene la lista de ingredientes. - Dije, pasandole una lista entera con los ingredientes que usaba para la poción, y también otra lista para la otra poción que tenía que revisar, esperando que así pudiera ser mas fácil revisar las pociones, aunque esperaba que fuese fácil y no tuvieramos que tratar miles de combinaciones antes de que diesemos con la parte adecuada de la poción para modificarla adecuadamente para evitar los efectos secundarios.

- En cuanto a los efectos secundarios, la poción curativa provoca primero mareos o desorientación en las primeras dosis, que se agravan en posibles vomiteras, fiebre... y en la tercera el shock esta garantizado. Luego en la otra, es parecida en efectos secundarios, pero en la tercera dosis la visita al hospital esta asegurada por intoxicación grave. - Dije, señalando cada poción mientras decía los efectos secundarios, indicando a cual me iba refiriendo a cada momento. Esperaba que con eso se pudiera llegar a conseguir aclarar que ingredientes eran los que provocaban eso, o si tendría incluso que rehacer la receta entera para poder hacer una poción adecuada sin que causase tales efectos.