Todo parecía bastante monótono aquellos días, no hacía mucho que había llegado a aquella enorme cúpula y se había inscrito para acudir a clases donde allí podría fomentar sus habilidades. Todo parecía bastante tranquilo y ella sin socializarse con nadie lo era aún más.

Los primeros días los pasó en su dormitorio encerrada. Este estaba decorado de una forma tétrica y oscura, las cortinas siempre echadas para que la luz del sol no se introdujera. Las sabanas de la cama eran de un color rojizo y a su lado en la mesita redonda de noche, sobre ella, un pequeño jarrón de cristal con una rosa. Era rojiza y en las noches a la luz de la luna parecía que brillaba.

Cuando se aburría, por la noches salía a dar un paseo normalmente por la zona, a altas horas de la noche, se quedaba en los lugares más solitarios que pudieran haber y allí cantaba un poco.

Siempre procuraba estar sola, ya que no le gustaba la compañía y también porque había pasado mayormente su vida sola. 

Pasaron las horas y decidió cambiar de sitio un poco, caminó un rato Estaba algo lejos de la academia, pasó algunas calles vacías, con el típico sonido de una lata rozando el suelo O el chasqueo de las tapaderas de basuras metálicas cuando el viento pasaba. Oscura y solitaria, así era la noche.

Un rato después divisó la academia, se adentró silenciosamente gracias a su rapidez, los guardias no la lograron ver, por poco. Entró a su habitación por la ventana y dejó la gomilla que le sujetaba el cabello sobre la cómoda. Miró el techo tumbándose sobre la cama.  -ahh.. que aburrido..-Suspiró y se levantó de la cama, bajó las escaleras silenciosamente y se paró en una esquina dejando pasar un guarda que vigilaba la zona. No llegaba a entender por qué tenían eso tan vigilado pero seguramente era por seguridad.

Salió al jardín y observó a su alrededor, estaba todo silencioso y tranquilo. El día estaba calmado sin una nube por el cielo. Parecía que hasta la misma noche dormía a la luz de la resplandeciente luna llena.

Aquella situación la relajó tanto que se acercó a un árbol y se tumbó sobre la hierba bocabajo. Cerró sus ojos y se quedó casi dormida, relajada escuchando el sonido de las hojas que hacían cuando la brisa las acariciaba.

Oh, la noche, bueno mejor dicho, la madrugada. El momento en el que el zopenco de Nero se iba a dormir y Luci, su parte de demonio, tomaba el control absoluto sobre la situación. La verdad es que tener un cuerpo físico que tener que compartir con un estúpido humano mediocre y un plumas blancas, hacía que todo fuese mas complicado. Sin embargo a Luci le encantaba molestarlos a ambos cometiendo "pequeños" actos de vandalismo, bueno, ahora estaba limitado con sus poderes, así que se limitaba a emplear las sombras para esconder objetos importantes de la Academia y que no los encontrasen...o eso podía pensar el demonio.

Cuando se hubo levantado de la cama se observo al espejo. Aquel pelo de dos colores era horrible, por lo que accedió a que su cabello se tiñese completamente de blanco, era irónico emplear el cabello blanco cuando eras un demonio "puro", sin embargo estando mezclado con aquellos dos entes tan opuestos a él, dejo que así fuera; sus ojos heterocromaticos pasaron a ser completamente rojos, y llevándose una mano hacia el cabello lo peino hacia atrás por completo mientras se vestía con algunas ropas de Nero, todo de dos colores...menudo tipo mas extraño le había tocado.
Vio allí la bufanda, aquella estúpida bufanda que tanto le molestaba, sin embargo por un acto de inercia se la coloco alrededor del cuello y camino por los pasillos, a cada alumno que veía le gustaba asustar empleando la sombra del mismo cuerpo humano de aquel chico para que formase la demoníaca silueta que era su verdadero cuerpo...ah, como lo echaba de menos, pero le gustaba cuando algunos de los humanos que le veían salían despedidos hacia sus habitaciones.

Una vez salió, dejo que la brisa le diese en el rostro, el cabello hizo ademan de moverse, pero Luci lo peino nuevamente y camino hacia donde podía sentir, no una, sino tres sombras bastante curiosas.
La primera de ellas fue la que mas llamó su atención, sentía un poder diferente a los que había sentido hasta el momento, un poder extraño y fascinante, por lo que ignoro a los otros dos personajes de por allí, carraspeó su garganta para hacerse notar, y llevó sus manos a los bolsillos, dejando que su sombra no proyectase aquella silueta monstruosa, sino la del humano que era Nero...bueno ya no tan humano siendo un híbrido.
-La normalidad es algo aburrido, ¿no crees?, siempre teniendo que esconderte...sinceramente, no me gustaría para nada, volver a esa normalidad que tanto dices que deseas volver a ver-aquellas palabras fueron frías, secas y algo burlonas, mientras en los labios de "Luci" se dibujaba una macabra sonrisa.

Todo estaba realmente tranquilo en aquella noche, nada parecía interrumpir la sesión de fotos nocturnas de Ryusuke, nada...bueno, no era del todo cierto, algo si que estaba interrumpiendo la calma del joven dragón; a pesar de estar ciego era capaz de sentir las auras de los demás, ya fueran auras tranquilizadoras como la que sentía en un árbol, o a lo lejos recostado; o un aura tan tenebrosa y siniestra como aquella que estaba sintiendo detrás suya.
Hacía años que el muchacho no sentía aquellas ganas de vomitar, aquellas ganar de tirarse de los pelos para intentar que el dolor desapareciera...si aquello era lo que estaba sintiendo con solo tener un aura tan "maligna" a su espalda, como seria cuando abriese sus ojos para clasificarle como ente bueno, o ente malvado...aquello sería una locura.
Cuando se giró contempló el aura de aquel ente mas de cerca, estaba dividido en tres...¿como era posible que alguien pudiera tener el alma fragmentada en tres partes?, aquello era una soberana locura, y allí estaba, hablando de una extraña forma, mientras que Ryusuke, intentaba calmar sus dolores clavando sus uñas en el dorso de la mano mientras lo "miraba" como siempre con sus ojos cerrados, y una sonrisa en los labios.

-Yo...esto...buenas noches-dijo mientras intentaba no balbucear-.La normalidad de la que yo hablo, es diferente de la que probablemente estés pensando...esto...¿como debo llamarte?...

Importante:

Estaba todo tranquilo, tanto que casi se durmió allí bajo el árbol si no fuera por la interrupción de tres chicos con forme llegaban. Al rato de haber llegado allí entró un chico que se tumbó también mirando el cielo y dijo una frase, después otro chico más que se tumbó con tantas ganas que podría haber retumbado todo el suelo exagerando.

Y finalmente llegó el último chico bastante extraño por su habla. 

Sumire solo se limitó a escuchar a los dos chicos hablando, se aburrió tanto que suspiró levemente y se tumbó de lado para poder verlos bien. Uno tenía el cabello castaño y lucía bastante tranquilo. A lo lejos había otra silueta tumbado algo más pasiva. Y en frente un chico algo peculiar de pie hablando. 

Tanta palabrería la tenía un poco harta así que decidió cortar un poco la conversación. 
-Que ruidosos.. - Es lo único que se limitó a decir firme pero quejosa, suspirando levemente y sin quitar la vista al que estaba de pie.  

El viento balanceaba sus largos negros y finos cabellos y algunos pétalos de rosa caían sobre ella.  Cogió un pétalo y lo olió tranquilamente. Observó a los tres chicos y volvió a clavar la mirada al chico que estaba en pie. 

Aviso para RYUSUKE:

Estaba inmerso en sus pensamientos hasta que unas palabras llamaron su atención, alguien estaba hablando no muy lejos de allí, giró la cabeza y se incorporó lentamente mientras observaba en la dirección en la que había escuchado aquellas palabras, había al menos tres personas una de ellas era una mujer por su voz y los otros dos eran hombres.

Mientras se acercaba andando con tranquilidad a las dos personas que hablaban se fue fijando mas en su aspecto, por suerte la luna los iluminaba lo suficiente como para eso.

-Buenas noches.

Dijo mirando a los dos, primero al chico que se encontraba en el suelo y luego al que se encontraba de pie, por alguna razón no quería quitarle la vista de encima. Sabía que la gente en la cúpula no solía ser normal, y ese tipo le suscitaba una sensación no muy agradable.

Luci escuchaba atentamente a aquel muchacho hablar mientras esbozaba una siniestra sonrisa en sus labios, era curioso como cambiaban las tornas cuando te temían, o intentaban averiguar que eras, se notaba que aquel muchacho estaba examinandole, probablemente con algún poder sobrenatural. Curioso, Luci, podría emplear las sombras para generar su apariencia de demonio tras él y lograr asustar a aquel muchacho, sin embargo, no lo haría, era todo parte de "su plan" maestro.

La primera voz que escucho después de la de aquel chico tan extraño, fue la de una mujer, lo que hizo que velozmente Luci alzase su rostro hacía el árbol donde se encontraba aquel individuo, esbozo una débil sonrisa mientras luego, se giraba para escuchar otra voz.
No había uno, no habían dos, eran tres alumnos, y según los uniformes, pudo percatarse de que eran tres alumnos de tres diferentes clases. Lluvia, Niebla y Trueno. Si, muy interesante. Ese seria un momento genial para dejar de poseer el cuerpo de aquel humano, pero no, quería divertirse un poco mas, ya que en la noche, era cuando su poder se manifestaba más.
Se llevó las manos al cabello albino y se los repeino hacia atrás, mientras sus rojizos ojos paseaban de un muchacho, a otro, pasando primeramente por la chica, siguiendo al muchacho que tenia enfrente y luego al ultimo.

-Buenas noches-respondió mientras miraba nuevamente al muchacho que tenía enfrente-.Hace años que nadie me pregunta mi nombre, sin embargo, creo que lo conoces...bueno, no solo tu, creo que todos los presentes en esta Cúpula lo conocen...pero en fin, juguemos a las adivinanzas, si conocéis mi nombre os daré un regalo, podéis preguntar y yo os contestare, y a raíz de esas respuestas, podéis probar a averiguar mi nombre.
Su voz sonaba suave y calmada mientras miraba ahora hacia la luna que estaba alta, aquella noche era perfecta para desatar algo de su locura.

A pesar de que buscaba tranquilidad esa noche no la tendría al menos de momento. Hacía tiempo que no había comido y justamente tendría la oportunidad de hacerlo. Tumbada sobre la hierba de lado, sonrió levemente y miró a cada uno de los individuos con forme hablaban.

Se fijó más tiempo en uno de ellos por su peculiaridad y aroma. Tenía el cabello blanco y los ojos tan rojizos como los de ella. No apartó su mirada e incluso hasta hubo un momento que estas chocaron. Un rato después suspiró. Ella era nueva por aquella zona así que no conocía a nadie de por allí. Ni siquiera se limitó a ver los archivos de las personas ya que era demasiado esfuerzo para ella.

No tenía ganas de hablar con nadie pero como tenía sed de sangre no tuvo más remedio que hablar para poder acercarse. -Buenas noches. -Contestó firme una vez se había levantado del suelo. Se quedó con la espalda apoyada en el tronco del árbol y los brazos cruzados.Cuando escuchó al chico albino sonrió al ver que se las daba de listo e incluso intentaba ser.. misterioso. - Lo siento pero no soy adivina, al menos yo no. -Siguió de una forma más directa y firme. Su mirada era seria, fría y penetrante de ojos rojizos reflejando la sangre en sus ojos.

Estaba pensando un plan para poder conseguir lo que quería mientras no quitaba ojo al chico albino. Ese sería su presa el y nadie mas. Por lo tanto estaba omisa a cualquier persona que hubiera allí a parte de el.

Ryusuke se relajo un poco al notar que las otras dos presencias aparte de el desconocido albino y él, se habían acercado al menos un poco, lo que quería decir que en caso de que pasara algo malo, rezaria para que no pasara nada, no estaría solo frente a aquel extraño muchacho.
La "mirada" de Ryusuke fue de una persona a otra, intentando clasificar sus auras, sin embargo, cuando volvia a hacía el albino, sentía nauseas, dolor de cabeza, el pecho le ardía; pero disimulaba bien el dolor y las ganas de vomitar a pesar de lo palido que su rostro comenzaba a estar.
-Al igual que ha dicho la señorita,-dijo casi tartamudeando-No soy adivino...

Aquellas palabras de Ryusuke salieron con algo de mal humor, solamente deseaba que aquel individuo desapareciese de su vista, con algo de mareo se sento en el suelo llevandose sus manos a sus sienes, como intentando hacer que el dolor desapareciese a base de ligeros masajes sobre sus sienes, pero no era así, allí seguí por culpa de aquel individuo, nunca en su vida habia notando un aura tan oscura a pesar de notar claramente los otros dos fragmentos de alma que habia en aquel cuerpo...pero aquel aura oscura como la noche, podrida como el veneno en una manzana...aquello estaba empezando a volver loco a Ryusuke