Tras un par de horas de meditación, el muchacho suspiro poniendose en pie y lanzando un bostezo lo suficientemente sonoro como para captar la atencion de varios de los animales del bosque. El chico se acerco a su mochila y la abrio, sacando de esta una manzana que agarró para comersela con sumo cuidado, pero entonces sintio algo, como si algo muy pequeñito tirase de su pelo hasta colocarse en su cabeza. Sentia como si unos diminutos pies le estuvieran pisando aquella cabellera rubia y despeinada.
-Esto...Yoiii...no tiene gracia-decia sacudiendose el pelo, pensando que quizas fuese algun pequeño pajaro, pero sintio como algo se aferraba a su mano derecha y le mordia; lo que hizo que John lanzase un grito de dolor y moviese su mano de un lado a otro intentando zafarse de aquello que le estaba mordiendo.

-No me muerdas...que he hecho yo para merecer esta tortura...bueno si lo que quieres es pelea entonces...-antes de terminar la frase un fulgor le golpeo la mejilla al muchacho, haciendo que este cayese al suelo mientras sentia como si unas pequeñas campanas sonasen melodiosamente sobre su cabeza.
Cuando John dirigio hacia arriba su vista, vislumbró alli a una pequeña hada tenia el pelo ondulado muy largo de color blanco como la nieve, unos ojos carentes de brillo de color verde y una construcción ligera, como un niña dentro de la apariencia de aquella hada. Llevaba una especie de vestido rosa con volantes en capas de color blanco con los bordes de color rojo y las figuras de color azul, también lleva un lazo de color rojo y parece que tiene alas como protuberancias alrededor de las orejas de color rosa.
-Estooo...¿un hada?...¿me ha golpeado un hada?-se preguntaba John demasiado contrariado ante aquello, el hada parecia estar riendose mientras revoloteaba alrededor de la manzana de John la cual estaba en el suelo.

Iba caminando por el bosque tranquilamente pensando en que podría hacer el día de hoy,  si estaba aburrido y sin duda alguna necesitaba alguna distracción,  eso de trabajar como profesor era cansado,  mas sin embargo necesario,   si claro necesario si yo mismo me escapaba de mis propias clases para ir a pasear por la cúpula,  odio este lugar pero aun así era interesante venir al bosque e intentar encontrar un alma pura o corrompida que necesitara descansar en paz,   da  igual  no podía matar aun ¿era extraño tener un horario para matar personas?  Pues la verdad es que no cada persona en mi lista tiene una hora de muerte y una manera de morir,  aunque suelen ser iguales decapitados por un apuesto shinigami,  sin duda  era un gran trabajo que cualquiera quisiera tener,   si cualquiera menos el que ya lo tiene,   aunque bueno no podía decir lo mismo de cierto destripador amigo mío,  aun recuerdo cuando disfrutaba de matar personas,  era divertido pero últimamente   siento la necesidad  de  humana de tener compañía y de tener compasión,   ya e llegado a un punto en el que me siento obligado a enterrar a las personas que mato,   si aunque a veces esos días en los que me encuentro raro,   hago unas tumbas algo extravagantes para el gusto de las personas,   la pregunta lógica seria ¿Por qué si quieren morir no lo hacen por si mismos?  Y la respuesta es simple,   el miedo no permite que lo hagan por si mismos y por eso estamos nosotros para ayudar a esos desgraciados que ya no encuentran el placer de la vida,  o que ya lo encontraron y se hartaron de él.

Si era extraño pasear por el bosque y de pronto sentir un aura un tanto extraña,   no era ni fuerte ni débil,  era intermedia mas sin embargo era peculiar,   adoro encontrar personas en los bosques con un talento exquisito,    si supongo que por eso elegí trabajar de profesor en la cúpula,  asi podría encontrarme  con oponentes potenciales en el futuro,  odiaba estar aquí por ordenes de otra persona,  mas si hubiera venido por mi propia voluntad  hubiera disfrutado de todo esto tranquilamente como un trabajador algo vago,   tomo rumbo hacia el aura peculiar que había sentido,   llegaría en el paso de unos 10 minutos.

Al final llego a donde se dirigía,   aquella aura que había sentido le pertenecía a un joven niño que al parecer estaba acompañado de un hada,   bueno  si hoy iba a ver cosas raras porque no empezar con esto,    claro  después de todo era un shinigami no podría haber nada más raro que eso en esta cúpula,  bueno  lo raro para mi antes de venir aquí era normal para todos en este lugar. Se acerco a l muchacho y lo golpeo suave en la frente,   ¿Que hace un niño en medio del bosque junto a un hada? Dijo en un tono normal,   no le importaba que hacía en ese lugar de todas formas,  solo quería entablar  una conversación con alguien,   era obvio que no era un niño,  ya había aprendido a no creer en las primeras apariencias de las personas,  como yo,   soy un sexy profesor que aparenta  no mas de 25 años  y sin embargo tengo unos mil,   aunque claro aun así sigo siendo joven de mente,  ni con todo el tiempo del mundo se puede  disfrutar estando solo en una piedra.




Se sentó junto a él y saco un cigarro,   ya era hora de fumar,    mucho era esperar 10 minutos para llegar aquí, si se había convertido en el mejor placer de mi vida fumar hasta morirme,   aunque claro no moriré por fumar no soy tan débil como los humanos,   de poder morir tan fácilmente ya me habría suicidado,   pero  bueno de nada sirve querer quitarse la vida es mejor disfrutarla  ya que algún día nos iremos no importa que seamos inmortales o que haya que hacer un ritual para morir.

Recibió un golpe en la frente, un golpe que le hizo darse cuenta de que no estaba solo allí; su mirada se centro en el recién llegado clavando sus ojos verdes en aquel extraño hombre. Mientras una sonrisa se dibujaba nuevamente en los labios del chico. Fue entonces cuando Beifong John se percato de aquel olor y aquella presencia.
Estaba acostumbrado a aquel olor, el olor de la muerte, en la Tierra olía demasiado así, sin embargo en la cúpula no había un perfume como aquel pestazo.

-Yoiiii, mi nombre es Beifong John-dijo sonriendole-.No soy un niño aunque lo parezca y esta hada, simplemente me molesta...no le he hecho nada...creo...-volvio a decir, notando como aquel pequeño ser, se habia escondido temblando en sus rubios cabellos.
-Ahora le salio la vena cobardica y a mi me golpeas.

Miro al hada con indiferencia,   las hadas eran criaturas que me molestaban,  simplemente porque eran simples y querían hacer lo mejor para ayudar a las personas,  también son criaturas juguetonas y divertidas,   las odio por completo,  son como un niño pequeño el cual si se encariña contigo puede llegar a ser un problema muy grande,   y este  tío llamado John  era al parecer su dueño,   bueno ya habíamos comenzado con el pie izquierdo.  Noto rápidamente otra aura,  era  parecida a la de este enano, no era ni fuerte ni era débil,  quien sabe tal vez era su hermanito o su amigo enano -Podrias salir,  en verdad odio que la gente se esconda- Dijo gritando para que saliera de su escondite,   se paro y encendió un cigarro para liberar la tensión,   estaba bastante aburrido y justo con dos personas extrañas en el bosque, estaba lidiando con mi propia mente sobre qué hacer con ellos,  matarlos y darles un lindo sueño o hacerme su amigo,  en esta academia se debe tener aliados,  y era obvio que estos dos no eran estudiantes,  al menos el tal John.

-Me llamo Marck Tepes,   no es un gusto conocerte pero ya que te encontre aqui que le vamos a hacer-  Dijo sonriendo,  se acerco al hada y  la agarro -Sabes,  odio a estas cosas,  son tan infantiles y bonitas,  me dan ganas de quitarle todo su color- Dijo con una sonrisa algo macabra

John no pudo contenerse cuando vio a aquel hombre agarrar a Yuki, por lo que la mano del chico se aferro en un visto y no visto a la muñeca de aquel hombre; sin embargo John no perdia la mirada alegre y su calida sonrisa ante aquel gesto del hombre; no lo conocia para nada, y Yuki era demasiado temerosa con los desconocidos y más con los que eran tan lanzados com oaquel hombre llamado Marck.

-Sabe señor Marck, puede que usted odie estas cosas bonitas, pero resulta que a mi me cae bien esta hada, por mas que me golpee, asi que por favor, no quiero ningun enfrentamiento, deje al hada y sigamos manteniendo una calmada y civilizada conversacion...¿podríaa decirme que le trae al bosque?-John seguia sonriendo mientras tambien sentia la otra "aura" tras él, ¿acaso la cúpula habia determinado que John era un peligro? y ¿ahora le estaban tendiendo una emboscada?...lo dudo cuando aquel hombre dijo lo de que no le gustaba que se escondieran, por lo que John hablo sin soltar la mano de aquel hombre, de quien pudo sentir no solo el olor a muerte mas de cerca, sino una peligrosa aura tambien-.Por favor, caballero, o dama...salga de su escondrijo, y unase a nuestra conversación.