Todos conocíamos el mundo y sus costumbres. Todos estábamos habituados a la rutina. Sin embargo, un único hombre revolucionó el mundo hace 27 años. Lionel Prester revolucionó todos los mercados y la ciencia con aquello que él llamó Pets. Si bien, en algún tiempo aquellos seres conocidos como Pets habían sido animales corrientes: perros, gatos, pájaros, ratones etc, él desarrolló un suero que les permitió adoptar formas humanoides con más, o menos semejanza a los humanos. Algunos conservaban orejas o cola, otros eran completamente humanos salvo por rasgos típicos del animal que habían sido. Aquellos seres comenzaron a comercializarse como la última moda en mascotas. El mundo dio un giro de 180º y los Pets se hicieron mundialmente famosos. Con el paso de los años, algunos Pets incluso eran hijos de otros Pets, aunque estos solían permanecer en libertad viviendo como humanos fuera de las tiendas que fueron abriéndose por todo el mundo.

Así fue como todo comenzó, y ahora 27 años después todo sigue su ritmo. Sin embargo, no es Lionel quien continuó dirigiendo la empresa, sino su hija. Una joven emprendedora que casi nadie logró ver, pues vivía enteramente dentro de la mayor tienda que se haya construido. Ambiciosa como era Miku, compró una isla desierta en medio del Atlántico y allí construyó su propia ciudad, su propio mundo. Instaló la central de su empresa, así como la tienda más grande del mundo a la que llamó Loving Pets, curiosamente es el mismo nombre que le dio a la isla. Eso ocurrió hace unos siete años y a día de hoy, Loving Pets está poblado por cantidad de personas que migraron de diversas partes del mundo. Unas por dinero, otras por curiosidad y otras simplemente buscando nuevos trabajo y horizontes. El caso es que Loving Pets se ha convertido en toda una ciudad de la talla de Nueva York, Tokyo o París. Una ciudad donde todos tus deseos se pueden hacer realidad.

Por desgracia en toda gran ciudad también se generan malas compañías. El mercado negro es un negocio floreciente en Loving Pets, la mayoría de los Pets que venden de origen animal son robados de la tienda, de sus antiguos dueños o encontrados por abandono. El resto son razas que no han surgido de la ciencia, ni de otros animales. Son razas que siempre han estado entre los humanos, pero que nadie se había atrevido a enjaular hasta ahora. Si se pueden tener gatos y perros, ¿por qué no hadas, elfos y vampiros? Ni qué decir sobre que las condiciones de los Pets del mercado negro no son comparables a las que proporcionaba Miku a cada una de sus creaciones. Una lástima que almas tan oscuras puedan enjaular y maltratar a los Pets para sacar dinero, pero ya no hay manera de pararlos excepto siguiéndoles el juego.