The new guardian of the rain

Han pasado casi diez años desde que un grupo de personas me rescató y me trajo a la cúpula donde podría dejar de preocuparme por la guerra, donde podría comenzar una vida normal y tranquila como siempre había querido. El primer par de años fue el más difícil ya que debía acostumbrarme al nuevo entorno. Luego de esto me concentré en buscar algún empleo que se adapte a mis capacidades y habilidades, aunque para eso debería pasar bastante tiempo hasta por fin hallar el ideal. No permanecía en los empleos mucho tiempo, porque cuando tenía la oportunidad dejaba el actual para comenzar uno nuevo. Incluso traté de entrar en el área de educación, pero mis métodos de enseñanza no serían los ideales para los jóvenes que están estudiando en la academia porque sería muy exigente, tal y como fueron conmigo en la academia militar allá en Rusia.

Actualmente me encontraba con un empleo de vendedor en la zona comercial de la cúpula. No era la gran cosa, pero ya me estaba dando por vencido en cuanto a buscar algo que sea ideal para mi. Durante el fin de semana o en mi tiempo libre me dedicaba a entrenar en algún lugar donde no podría perjudicar ni molestar a los demás habitantes de la cúpula, principalmente iba a las montañas ya que era raro encontrar gente allí. El 21 de abril, si mal no recuerdo, una persona que no conocía me interrumpió durante la práctica de mis nuevas habilidades para decirme que yo tenía el potencial para "ese" trabajo. Acto seguido me entregó un sobre con instrucciones para luego marcharse sin decir nada más.
Continué con mi entrenamiento tratando de evitar pensar en aquello que me había dicho el extraño sujeto, pero la curiosidad me invadió. Debía abrir el sobre y saber que era lo que contenía. Parecía ser una especie de citación a la oficina el director de la Accademia Di Cielo, Giotto Vongola, aunque en ningún lugar de la misma carta decía el motivo por el cual se me convocaba a ese lugar el día 28 a las once y media de la mañana. ¿A qué se habrá querido referir con "ese" trabajo? Lo único que podía hacer por el momento era esperar a la fecha establecida para enterarme de todos los detalles.

El día había llegado. Ahí estaba yo, frente a unas enormes puertas que se abrieron lentamente, revelando un largo pasillo bien decorado, lleno de pinturas en las cuales podía verse la trágica historia de la guerra en la cual me vi obligado a participar. Cada cuadro me traía un recuerdo distinto, uno más horrible que el anterior. En esos años vi morir a compañeros y a mis amigos a manos de aquellas personas que solo querían matar y conquistar a todos los posibles. Cerré los ojos y apreté los puños en señal de ira. Recobré el control tras una serie de ejercicios de respiración y continué recorriendo ese extenso pasillo hasta llegar al final donde encontraría una especie de fuente que emanaba fuego naranja. Detrás de aquella decoración tan original podía ver otra puerta, aún más pequeña que la anterior y con la leyenda "Director".
Hice un leve movimiento hacia la derecha con la mano que tenía sobre el pomo redondo de la puerta para que esta se abriera y así poder entrar en la oficina. Una vez dentro de la misma pude ver al director que al parecer me estaba esperando. - Señor Giotto Vongola, con su permiso. Lamento molestarlo en estos momentos, pero fui llamado por uno de sus hombres para presentarme ante usted. - El saludo tan formal se vio acompañado por el clásico saludo militar. Costumbre mía que aún tenía con las personas de rango superior o que respetaba.

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