Al fin, tras mucho tiempo ahorrando dinero en sus ayudas a la Cúpula, el, en apariencia joven John, había conseguido su sueño; había tardado lo suyo en conseguir un local que fuera acorde con lo que deseaba; a la par qué luego, tener que limpiarlo de arriba abajo, preparar las instalaciones, comprar los ingredientes, las bebidas (desde batidos de todos los sabores, a refrescos y bebidas alcohólicas...desde carne, hasta fruta y pescado...e incluso repostería). Cualquiera que hubiera visto la ilusión del joven Beifong John, habría dicho que aquel muchacho de no mas de quince o dieciséis años se ganaba la vida como estudiante...pero al tener ya ciento veintiun años, pues ya era hora de irse ganando  la vida.

Gracias a su habilidad Physical Clone, el muchacho había sido capaz de trabajar el cuádruple de rápido para tenerlo todo preparado, incluso había mandado a un artesano a hacer un cartel que llamase la atención de los futuros clientes.
Allí, John se encargaba de atender y preparar las comidas, cócteles, postres y la caja; todo un trabajo tareoso, pero no imposible, le encantaba su pequeño restaurante...y como había prometido a cierta muchacha no meterse en ningún lió, pues allí estaba, la mar de contento....¿habrían recibido los panfletos todos los habitantes de la cúpula?...ojala que sí.

Con un largo suspiro, y una sonrisa de oreja a oreja, John coloco el cartel de abierto y se puso tras el mostrador esperando a que su restaurante..."El Tigre Blanco", comenzase a llenarse de gente, para hacer la vida del muchacho, mas plena aun, de lo que ya lo era.
Se coloco la corbata roja, la camisa y el chaqué, mientras se peinaba sus revoltosos cabellos rubios, esperando con una sonrisa tan típica y alegre suya, a las personas invitadas de toda la cúpula.

El cartel del restaurante: