Finalmente, luego de casi un mes entero de trabajo agobiante no solo por las clases, sino además por el papeleo que me pidieron para los clubes y el último entrenamiento, se me ha dejado libre para que pueda descansar como bien me lo merezco.
Siendo relativamente temprano en el día, aún tengo bastante tiempo de descanso, y también puedo ver pocos estudiantes rondando cerca del jardín, como era de esperarse, salgo al jardín mientras que con una mano sostengo una sombrilla sobre mí, evitando encontrarme innecesariamente con la estrella conocida como el sol.

- Francamente, no entiendo cómo es que la gente normal es capaz de aguantar toda esa carga de trabajo e incluso más… lo peor es que no sé qué es peor, si un trabajo en la cúpula, o ser un científico de la cúpula… -

Mientras que replicaba para mí misma, encuentro finalmente el árbol en el cual gusto de tomar un descanso, posiblemente nadie lo sabe, pero este árbol me ha acompañado durante más de un mes en mis escapadas para tomar un merecido descanso. Al llegar al árbol siento la brisa que sopla, artificial pero refrescante y que pasa por mi rostro, levantando levemente mi falda de paso y generando una leve sensación de tranquilidad.
Ignorando los distantes ruidos de mis alrededores, me siento junto al árbol, bajando la sombrilla pues la sombra del árbol ahora me cobijaba, y mientras que reviso que nadie me esté viendo, meto mi mano derecha en la misma sombra del árbol, lentamente saco una caja con donuts recién comprada, la reviso y compruebo su contenido.

- ¡Ohhh! ¡Esto es! ¡El placer de la vida después de la catástrofe! –

Con unos ojos brillando de la emoción; una expresión que ninguno de mis estudiantes ha visto nunca, e incluso dentro de la cúpula la gente que me ha visto así se cuenta con una mano. Tomo una de las donuts y la pongo en mi boca, mordiéndola lentamente para degustar aún más el sabor, el torrente de glucosa inunda mi boca y pronto el resto de mi sistema lo asimila también.
Luego del primer mordisco, las donuts empiezan a desaparecer lenta pero constantemente, de las 12 que compre en un principio ya quedan solo 6, y pienso terminar con todas para antes de que se pase el tiempo.

- Pronto, en cuanto el semestre haya finalizado, podre tomar un descanso aun mayor… ¡solo imagina todas las donuts que podré comprar con el dinero al final! –

Rápidamente empiezo a perderme entre las ilusiones de un descanso ideal, incluso sabiendo que bajo las circunstancias actuales, tomar un descanso a despensas de otros podría ser egoísta…

Mientras que con avidez me devoraba las donuts una por una, repentinamente mis sentidos me alertan de que algo asecha, algo como el deseo de una bestia cazadora de atrapar a su presa, por lo cual me detengo justo cuando iba a poner la penúltima deliciosa donut en mi boca, necesitaba saber de dónde venía aquella sensación, además de que según mis ojos, no había nadie más alrededor mío.
“Me parece poco creíble que alguien me esté asechando así sin que me dé cuenta, ¿acaso es alguien con tanto poder? Por lo menos sé que no es prácticamente ningún estudiante de la academia, no hay casi nadie con ese potencial… ¿pero entonces quien puede ser? Se atreve a interrumpir mi preciado tiempo de descanso, tiene bastantes agallas…”
Mientras que planeo maliciosamente lo que le haría a aquel que se encuentra observando, una sombra baja rauda frente a mí, provocando un sobresalto que por poco me hace tirar el dulce en mi mano, la sombra no era ni siquiera grande por lo que no me lo esperaba y en cuanto bajo la mirada lo único que veo es a un gato, uno inusual pues una especie de flamas rojas salían de sus orejas y patas, aunque no daba ningún indicio de sufrir por ello.
Mi mirada perpleja ante el gato que además maullaba y se pasaba por mi pierna, tirándose al césped para ponerse panza arriba y todo esto mientras que notaba que la sensación de ser observada ya no se encontraba ahí.
“Acaso, ¿este gato era el que me estaba observando?... no parece peligroso… pero…”
Observo al gato hacer tantas cosas y luego le echo un vistazo a la donut que sostengo en mi mano, aun no estoy segura de lo que estoy pensando, pero hay algunas formas de confirmarlo. Simplemente, muevo la mano que sostiene la donut de un lado hacia el otro, para ver si el gato fija su atención en ella…

Mientras que me preguntaba para mis adentros si aquel gato podría comer la donut, el mismo mordió con su boca el bocadillo, en un descuido de mi parte pues no pensaba dársela hasta saber qué era eso lo que quería.
“Vaya, pues no es un gato común y corriente de ninguna forma… aunque me duele un poco darle de mis preciadas donuts a alguien, ya que es un animal lo dejare pasar…”
Posteriormente el mismo animal me rodea y empieza a retozar alrededor mío, poniendo su pata sobre mí costado una vez sin dañar la ropa o causarme algún daño lo cual es algo bastante impresionante viniendo de un gato. Pero tan pronto como termino de hacer esto, el gato sin más se marchó del lugar, dejándome sola con mi última donut y la penúltima a medio comer, algo que me deja un tanto vacía, mas no por la ausencia del animal, sino por la ausencia de donuts.

- Debí comprar más donuts… -

Meto la última donut en mi boca mientras que me quedo observando el lugar a donde perdí de vista al gato, lo que haría con la donut que el mismo no se terminó, aún se encuentra en veremos mientras que la silueta de una mujer se aproxima desde la misma ubicación por la cual el gato desapareció, mi mirada se fija inevitablemente en ella mientras que se acerca con sus manos llenas de dulces, entre ellos algunas deliciosas donuts.

Mis ojos se abren de par en par ante la sorpresa de ver a las donuts viniendo directamente a mí y no puedo evitar esbozar una sonrisa inocente mientras que la chica empieza a hablar familiarmente; mi atención sin embargo se debate entre lo que ella decía y las donuts, al final no he puesto del todo atención y simplemente escucho partes de todo.

- ¡Ohhh! ¿Vas a compartir conmigo? ¡Vaya que buen trato! Aunque por supuesto, estas donuts no se comparan a las donuts que yo compro, ¡en la mejor panadería de toda la plataforma! ¡Cuesta un ojo de la cara pero vale cada segundo de sabor! -

Tan solo escucho a las partes que me llaman la atención y como resultado evito hablar sobre el porqué aquella chica habla como si me conociera, o de donde saco los dulces, y tan solo extiendo mis manos para tomar algunas donuts y llevarlas a mi boca hambrienta. Excepto en el momento que me da las gracias por darle de comer, momento en el que hago las relaciones mentales necesarias y llego a la conclusión, mi sonrisa no desaparece pero cambia su semblante a uno más malicioso, habiendo entendido la situación le extiendo con mi mano la donut que ella, la gata de hace unos minutos había dejado sin terminar de comer.

- Y tú, gatita, no deberías dejar la comida a medio terminar, en especial cuando es tan deliciosa. En tanto recuerdes siempre esto, no tienes nada de que agradecerme, siempre es bueno comer donuts con personas a las que les gustan… -

Mi sonrisa se amplía ligeramente mientras meto otra donut entera dentro de mi boca…

La pelirroja, contrario a lo que se podía suponer por su apariencia, no es tan seca y recatada, de hecho, alguien que le gustan los dulces de esa forma no puede ser agrio mucho menos una mala persona. Sin embargo el comentario sobre que olía como su padre sí que me saco de concentración por un momento, por poco me paso el bocado de comida de mala forma, pero por suerte logro inclinarme hacia adelante para evitar un accidente.

- ¡Gah!... bueno… supongo que es de esperar con mi apariencia, pero lamento decir que te equivocas  chiquilla, soy una profesora, y además de las que algunos estudiantes temen, ¡ka-ka-ka! –

Ante la pregunta de la chica gato, que ya había escuchado bastantes veces en el pasado, solo puedo reír en un tono ligeramente intimidante, aunque como es de esperar, para mi apariencia y tono de voz, solo suena como una risa de una niña tratando de sonar malvada. La chica gato finalmente se presenta luego de tomar un puñado de dulces y recostarse sobre el tronco del árbol, yo tomo entonces algunos de los dulces y hago lo mismo, quedando prácticamente junto a ella.

Aunque no suelo llamar a las personas por su nombre a menos que mi trabajo lo exija, siempre es importante conocer el nombre de las personas, aunque no sé para qué. Lo impresionante viene después, cuando ella misma me confiesa que se trata de la hija de Giotto nada más y nada menos, en ese momento la sorpresa ciertamente provoca que mis ojos se abran de par en par por unos segundos, pero luego el hecho de que mi cerebro rápidamente relaciona este nuevo descubrimiento con lo que antes había dicho sobre su padre me vuelve a la calma, una sonrisa inusual se planta sobre mi cara mientras que vuelvo a ver a la chica, seguramente esto le daría su buena sorpresa.

- Pues ya entiendo entonces por qué sentías su aroma en mí, si yo luche contra tu padre a muerte durante casi una semana en el mundo de abajo. Ese Giotto sí que sabe dar buenos golpes… ¡¡kakakaka!! –

Esta vez mi risa suena más natural, como si realmente me estuviera divirtiendo con solo recordar los hechos posteriores a esa pelea, realmente de no ser por Giotto, su bondad y el hecho de que pude soportar todos sus ataques, no estaría aquí de ninguna manera,  y conocer a una hija de ese hombre es una extraña sensación entre frustración e interés, por ahora no me es desagradable para nada, de esta forma espero a ver la reacción de la chica gato, Uri ante mi intromisión…

Spoiler:

Notablemente la chica parece incrédula ante mi historia, aunque no es que se la haya contado, pero desde el hecho de que soy una profesora hasta aquello de la batalla contra Giotto no parecen convencerla, y no la puedo culpar, yo tampoco creería fácilmente que alguien que solo aparenta ser una niña de 8 años pueda dar clases y menos combatir contra alguien como Giotto durante casi una semana.
Su incredulidad se hace presente pronto y en medio de ademanes felinos como siseos y sus cabellos que se empezaban a erizar como si se cargaran de estática, Uri expresa que no me cree y aun insiste en decir que soy una estudiante. Ciertamente no tengo por qué probarle a alguien quien soy, por el contrario, tampoco tengo pruebas de que ella sea quien dice ser, pero ya que mis palabras han generado cierta discordia que no me apetece soportar mientras que como dulces, le echo un vistazo de lado mientras que asumo una mirada más penetrante, supongo que con mostrarle mi credencial de maestra me creerá en ese aspecto, pero mi potencial de combate, aunque ya no es lo que fue en aquel entonces, solo lo puedo demostrar de una forma, me pongo entonces de pie frente a la chica gato.

- Muy bien pequeña, antes de continuar, te advierto, que cobrare por mi cuenta lo que te voy a mostrar, ya que no puedo andar mostrando esto de gratis… Umbra Omnis. –

Al sonido de mi voz, las sombras de alrededor empiezan a balancearse, luego a moverse y finalmente a concentrarse alrededor mío, las sombras de los edificios, las de los árboles, todas ellas se concentran y me cubren completamente, para finalmente formar una armadura negra con un par de alas, las cuales se ven tan reales como cualquier cosa, ya dentro de mi armadura, levanto un brazo, con el cual rápidamente golpeo mi otro brazo, la fuerza es suficiente para romperlo quedando el mismo en un ángulo totalmente anormal.

- Primero, la fuerza que tengo ahora es por lo menos 1/6 de la que tuve cuando luche contra Giotto… -

La armadura se desarma lentamente hasta desaparecer dejando mi figura anterior, con la diferencia de que mi brazo izquierdo está completamente roto, claramente con una parte de hueso por fuera y goteando sangre, aunque mi expresión parece no darle mayor importancia, nuevamente me siento, y con mi derecha trato de ubicar de un jalón el brazo en su lugar, de esta forma mi curación solo tendrá que concentrarse en sanar el hueso, reparar los músculos y cerrar las heridas externas.

- Segundo, mi capacidad de regeneración era tal, que en poco más de 2 minutos está herida estaría completamente sanada. Creo que vale la pena mencionarlo, pero tu padre gano esa pelea, y mi apariencia en ese entonces era la de una mujer adulta en toda regla, pero como consecuencia del combate mis poderes se vieron drásticamente reducidos y quede con esta forma… -

Sin darme demasiada prisa, observo a los ojos a la chica, pensando en el pasado, alguien como ella no habría durado medio día luchando, realmente el mundo se ha vuelto un poco más débil, tal y como yo.

- Soy una vampiresa, a falta de conocimiento, la más poderosa que existió en el pasado, cause mucho dolor, y también sufrí mucho dolor. Ahora, te tomo la palabra, Giotto no intenta matar, y sí que me salvo, de lo contrario, no estaría aquí de ninguna manera, por él es de los únicos por los que aun siento aprecio, y como tal, también debes tener algo de él siendo su hija, te felicito por tener un padre como el… -

Nuevamente me recuesto sobre el árbol, los cambios a las sombras anteriormente expuestos ya han sido revertidos, y todo está de vuelta a la normalidad, a excepción de mi brazo, que ya ha empezado a sanar desde el interior, la sangre cae cada vez más lento mientras que el hueso empieza a recomponerse.

- Y bien… ahora que ya sabes bastante más sobre mí, y aunque dije que cobraría por mi parte, creo que mejor será que te lo pida, veras, los vampiros necesitamos periódicamente de un poco de sangre, no necesitamos mucha, tan solo la suficiente para mantenernos en forma, y ya que he usado un poco de mis poderes, tengo que pedirte que me permitas beber un poco de sangre… ¿se puede?... –

Completamente contrario a el tono de voz serio, la mirada penetrante y el ambiente que se pudo haber formado hace solo unos segundos, mis últimas palabras parecen más las de una niña pequeña que pide encarecidamente a alguien por un dulce, con todo y la miradita de borrego dirigida hacia la chica gato, en espera de su ayuda…

Spoiler: