Bajo la sombra de un roble [Rol Libre]

El viento se colaba a través de las infinitudes hojas del gran árbol que le hacía sombra. Los jardines podían estar llenos y al mismo tiempo vacíos. Uno podía sentarse en soledad a disfrutar del ambiente o reunirse con más personas en la zona más céntrica dónde los grupos se asentaban a estudiar, hablar o jugar a las cartas a escondidas de los profesores. Un lugar idílico para descansar a menos que fuesen épocas de posexamenes donde todo alumno desea librarse de la tensión de sus cuerpos.

Inspiraba, expiraba, inspiraba... estornudo. Apartó la cola violeta de su gato que rozaba la piel de su rostro. Allí, en medio de uno de los jardines, y a la sombra de un gran árbol estaba ella intentando echarse una siesta. No sabía si a esa hora tendría una clase o no, ni le importaba. Acababa de tener una reunión con todos los espías y no le apetecía hacer nada en absoluto. Bueno, nada a menos que le llamase la atención algo en concreto.

En ese mismo momento trataba de echarse una siesta rodeada de árboles, viento fresco y alguna que otra florecilla. Aunque su gato Whisper no estaba por la labor de dejarla tranquila. Su inseparable amigo jugaba entre el cabello y las trenzas de Rous mientras movía la cola para ambos lados estando entretenido. Algo adorable en su preciado y monísimo gato violeta si no fuese porque le estaba haciendo cosquillas en la nariz cada vez que se balanceaba. Acabó por cogerlo y ponerlo dentro de su sudadera en su barriga para que se calmase un poco. El resultado fue optimo. Whisper se hizo un ovillo de sedoso pelo y se puso a dormir con toda la tranquilidad del mundo sobre su barriga al calorcito y su dueña al fin pudo conseguir su ligero sueño.

A esas alturas del día los alumnos ya habían bajado de los salones al receso. Estaba todo desocupado, mi salón estaba prácticamente vacío...algunas pertenencias, los bolsos, cuadernos, lápices aun se encontraban en algunos pupitres, eso debido a que a algunos despistados se les quedaba dentro del salón.
Pero en fin, cosa que se quedaba, se mantenía siempre en el mismo lugar. Procuraba siempre dejar con llave el salón cuando marchaba, primero, por los papeles en el escritorio que mantenía siempre bajo llave, segundo, los elementos de la clase de Brebajes y Pociones eran realmente peligrosos para quien no los supiese manipular correctamente, y prefería ahorrarme explicaciones ante el jefe si algo...llegase a pasar.

Aproveché entonces la ida de los alumnos para seguir con un propio proyecto. Con la bata blanca, y los anteojos de seguridad , manipulaba la mezcla de hiervas con alguno que otro ingrediente 'secreto' , ya comenzaba a desprender cierto humo de un olor algo desagradable. Fue cuestión de segundos en que metí el último ingrediente , una rana , ya muerta, por si las dudas; cuando la misma mezcla comenzó a subir con rapidez.
En un abrir y cerrar de ojos el bicho ese, la rana, salió disparada por el salón yendo directo al gran ventanal. Si bien no alcancé a detener al animal pseudo volador , bastó con un brusco movimiento de brazos, para enviar una brisa fuerte de aire la cual abrió las ventanas de golpe, dejando que el proyectil saliese a volar. - Holy Sh*t- Aquella blasfemia,menos mal, no fue oída por ninguno de los alumnos o algún colega. Me asomé por la venta para ver donde se dirigía, si podría detenerla o no, o al menos dar alguna señal de advertencia.
No la lograba visualizar con exactitud, claro, a la falta de un ojo , estaba la mitad del campo cubierto...y... ahí volaba.

La rana terminó dando de lleno con uno de los árboles del jardín, no explotó ni nada similar, pero la misma cayó en los cabellos, a juzgar por la silueta y el volumen del cabello, de una chica castaña. Suspiré levemente al ver que no rompió nada ni causo daño a alguien, y pues, no quedaba de otra que ir en carrera hacia el jardín. Pero... para qué correr, para qué sudar de más... Fue cuestión de saltar por la ventana, hacer un segundo movimiento de la brisa del viento, lo cual hizo que hasta la bata blanca se hinchara de aire, para caer con cierta gracia por algunos de los caminos. Una ves a por el jardín, me dedique a buscar el árbol donde la rana había caído.

Casi había logrado sumergirse en un sueño algo más profundo de lo habitual. Apenas había notado un ligero movimiento de “algo” sobre su pelo, como un leve tirón de un par de mechones. No le dio mucha importancia, no era la primera vez ni sería la última que algún bicho se le subiese encima. Por lo menos agradecía estar en la cúpula. Eso significaba que no habría ni luciérnagas asesinas ni gusanos sanguíneos. Además de que sabía de sobra que cualquier animal de rango peligroso estaba completamente vigilado. Por no hablar de las arañas y ranas venenosas que sabía con exactitud en qué lugar del centro de Inteligencia estaban. Básicamente por el hecho de que no era la primera vez que usaba venenos para el fin de su trabajo.

Siguió durmiendo en ese sueño ligero que tenía. Empezaba a considerar tomarse en la cena un poco de sangre con vino para dormir toda la noche sin despertarse. Se dejó llevar un poco por la seguridad de la cúpula y no alterarse ante ninguna sombra que se moviese en alguna dirección. Puede que por eso se dio cuenta demasiado tarde que alguien se acercaba hacia ella.

Gracias a sus poderes tardó apenas unos segundos en reconocer a la sombra de la persona que se acercaba. La técnica solo funcionaba si conocía al sujeto. Y a este lo conocía… un poco. Era su profesor, o creía recordarlo como profesor. Casi todas las clases que tenía con él solían ser por la tarde y por ende, la clase que más se saltaba por diversas razones.

No le apetecía una regañina ahora, no después de saltarse, otra vez, su clase. Se giró sobre sí misma haciendo que su jersey se estirase ante el peso del gato. Su plan? Gatear alrededor del árbol rezando porque no la viese. No iba a abusar de sus poderes a la mínima dentro de la academia y mucho menos con los profesores. Estaba tan concentrada en que no la viese gateando alrededor del tronco que ni cuenta se dio de la rana que colgaba de sus mechones.

Por lo visto, a quien sea que le hubiese caído la rana muerta... o no se dio cuenta, o simplemente pasó de ella y no armó alboroto alguno. Y menos mal que no pasó, lo menos que se requería en un 'experimento fallido' era llamar la atención de los alumnos, en general.
Suspiré con levedad caminando hasta ubicar exactamente en el árbol en el cual la rana había dado con fuerza. Y...
Lotería!. Ahí estaba, y el bultillo, digo...digo, la chica al parecer estaba.. tomando la siesta.. o algo similar.

Bueno, no era una mala opción pensando en la hora, tanto como en el día que había. Y bueno, a todos les hacía bien tomar una siesta para recuperar las energías!. Yo , en lo personal, haría lo mismo. De quien se trataba, parecía moverse, más bien, ladearse a un lado. Tal vez estaba despertando.
Por tal de no ser alguien maleducado en cuestión de sueño, me acerqué en completo silencio, pero con cierta rapidez, si se está durmiendo, podría sacarle la rana de la cabeza, e irse como si no hubiese pasado nada .... más... nuevamente...se...movía....

- ¿Señorita, está despierta?- Alcé un poco la voz, en un tono gentil con una mirada curiosa, a la vez de una sonrisa amplia. Terminé al lado del bultillo, observándolo.

Maldijo en bajo mientras gira levemente la cabeza con los ojos entrecerrado.

--Esto… ¿no? –probó suerte aunque rápidamente cambió de opinión- Tal vez.

Llevó la mano a su bulto de la barriga. Su gato no había parado de moverse como buscando una salida desorientado por el movimiento.

-Esto… no es lo que parece…- no sabía ni cómo evitar una bronca por mal estudiante ya que muchos de sus profesores ni conocían su nombre de lo ausente que era. Bueno, en realidad iba a clases cuando podía o cuando no estaba acosando a alguna persona.
Iba a dar la excusa de porqué no había ido a clase cuando el gato violeta subió por su pecho con rapidez, asomo la cabeza desde el cuello del jersey, y de un rápido movimiento, agarró a la rana muerta entre sus dientes y volvió a esconderse a la guarida que le ofrecía su dueña para disfrutar de su pequeño festín.

-¡Whispers!-ni se había fijado del todo la rana, más bien le reñía por el comportamiento del felino que le había clavado las uñas como siempre.

Solté una carcajada en cuanto la joven respondió negativamente a lo primero. Bueno,tal vez hubiese sido más efectivo no dar respuesta alguna, fue tan concreta la respuesta que ni siquiera se podría creer que estaba hablando sola mientras dormía- Pues la veo bien relajada en su sueño, señorita- Reí un poco más ante la actitud de la joven.
Visualicé la rana sobre su cabello, podría haberla tomado pero esperé un poco de tiempo para anunciarle sobre la intrépida amiga muerta que yacía en su cabeza.- Creo que...- Fueron cuestión de un abrir y cerrar de ojos cuando un... una cosa, que empezó siendo un bulto en el abrigo de la chica subió y agarró el animal muerto. A juzgar por la apariencia que tenía, aquella cola, las orejas.... sí... awgh, se trataba de un felino, de un gato.
Definitivamente no era mi animal preferido...
Además el muy desgraciado se llevó mi rana muerta ! . - Creo que su.... gato.... tiene algo de hambre - Suspiré con levedad intentando no parecer irritado por la presencia de aquel animal. Me quedé ahí, observando a la joven por unos segundos, un poco más distraído. - Es muy probable que al comerse el bicho ese, se ponga un poco más enérgico .... - Avisé con cierta anticipación, puesto que la rana se habría sumergido entre varias hiervas y demás era una especie de bebida energética, pensando además que estuvo apenas unos segundos en el brebaje y .. bueno, pasó lo que paso.

Cogió con los dedos índice y pulgar la piel del gato obligándole a salir de su escondite aún con una pata de la rana saliendo de su boca.
--Whispers! ¡O sueltas eso o esta noche te utilizo para el cóctel!-amenazó severamente manteniendo un serio duelo de miradas con el gato.
La pata de la rana se movía ligeramente mientras aún continuaba en la boca en ese “tenso duelo” que acabó con un bufido y abriendo la boca para que la rana tuviese la libertad de hacer lo que quisiera. La chica arrugó el entrecejo al ver al espécimen. Lo cogió de una pata colgándolo y observándolo sin dar los típicos chillidos de niña pija.
--Es un gato un poco… estúpido—recibió un gruñido del felino a modo de protesta y volvió a esconderse entre la ropa de su dueña. Esta miraba con curiosidad a la rana girándola para verla mejor- Curiosa su mascota, profe-.
Se acercó a olisquearla sin cortarse un pelo ante la mirada de su profesor. Distinguió con facilidad el aroma de la sangre. Hizo una mueca apartándola y tendiéndosela.
--Muerta… curioso experimento, pero no aparenta tener una pinta muy comestible- bromeó dejándosela al fin en manos de su creador--. No creo que dure más de dos días—dio su opinión con toda la libertad del mundo--. Huele a descomposición.
No solo era gracias al olfato heredado de su genética vampírica, si no que ya había visto muchos animales muertos en el caótico mundo.
--Pero si desea mi opinión… teñirlo de violeta lo haría más bonito—daba a resaltar por su gato violeta que no era la primera vez que coloreaba a algún animal a su gusto.

Por lo que conllevaba las siguientes situaciones, aparentemente la castaña, como aquel felino que tenía por el cuerpo se montarían una batalla campal en miradas. Obviamente no me metería en el lío, sería…absolutamente absurdo hacerlo. Me dediqué a observar con cierta curiosidad, pero desinterés por el animal, a ver si es que conseguía que la rana fuese devuelta.
Reía ante el suave insulto que le habría dado al felino… claramente en esa situación no gesticularía tanta… ‘blasfemia’ contra los gatos, por algo se veía muy apegado a él, intención era…no ofender – Seguro tiene hambre – supuse puesto que el felino había intentado comerse al bicho muerto. Le dediqué una amplia sonrisa – A que es muy mona, eh~ - ]Obviamente iba en broma; si tuviese una mascota dudaría considerablemente en meterla en algún experimento.. Bueno, Ginger fue la excepción de ello, pero lo hizo bien solita, eh.. Well.. sin irnos de tema… - No era el fin comerla, señorita – suspiré con levedad. Al parecer la muchacha no era escrupulosa, o le temía al bicho, cosa que en parte era buena – Pues, las ranas tienden a tener un ciclo más rápido, aunque así se me está aun útil - Tomé entonces al animal con una mano, observándolo por un rato. Se veía al menos, por fuera aun completo, por dentro quizá se había reventado… al menos no echaba líquidos raros por la boca aun .
Lo curioso fue que la chica lo olfateaba como si nada, podría tratarse de un licántropo … o tal vez de un chupa sangre.. por el olfato, claro, o tal vez alguna clase de metamorfo - ¿Violeta? – Parpadee con curiosidad ante la opinión de la muchacha. Podría hacer con facilidad, pero… teñir un animal sonaba algo poco común, pero a la vez divertido – es mejor dejarla de este color, puesto que luego el violeta ni la verá – agregué después, volviendo a prestarle atención a la muchacha - ¿Está en receso, o va saltándose alguna clase, señorita? – En esa instancia , no reconocí el rostro de la joven en algunas de mis clases, la verdad.

Juntó las piernas haciendo una mueca ante la pregunta del profesor mientras envolvía con los brazos al gato que parecía volver a dormir o por lo menos estaba tranquilito. Ahora tenía un ligero problemilla. Él era su profesor, no estaba segura si la reconocía o no, pero de lo que sí estaba segura era de que en la siguiente clase a la que no faltase sí la reconocería. De nada servía mentir… pero sí una excusa.
--Bueno, esa es una interesante pregunta—le concedió y acabó por soltar a su bulto para empezar a quitarse las hojas más grandes de su pelo--. Todo empezó tranquilamente cuando una feliz e ingenua yo decidía ir felizmente a clase. Dando saltitos y esas cosas bonitas entre flores y ardillas—si no fuese por sus años de entrenamiento se estaría carcajeando en su casa--. Cuando un malvado ser salió de los setos—señaló los árboles—y se dedicó a entretenerme con sus sucias artimañas. Me dijo que si aceptaba la adivinanza me dejaría en paz muy tranquilamente. Entonces me dijo: ¿Cuál es el color del caballo blanco de Santiago? Y yo, dudosa de mi respondí: Blanco. –Ni si quiera sabía cómo demonios alguien era capaz de dejarle acabar su historia sin que la golpeasen con lo primero que tuviesen a mano--. Entonces me dijo que era incorrecto porque en este mundo el caballo fue destruido por lo que no tiene color. Traté de replicar pero… son seres muy caprichosos! Así que me sumió en un sueño para que no llegase a la hora a clase. Ni a la siguiente ni… bueno, eso. Soy completamente inocente.

Le escuché con completa atención. Al comienzo supuse que daría una excusa más sencilla y poco elaborada, o simplemente hablaría con sinceridad y diría que no le gustaba la clase… o algo más dentro de lo común para un estudiante. Intenté mantener aquella fachada de ser una autoridad en esos momentos. Claro, un profesor, tiene poderío ante los alumnos, debería como quien dice, hacerse respetar.. y en ese caso, sinceramente, no era un hombre del todo..ehms… estricto.
Bien, si fuese profesor de literatura o quizá de actuación teatral le daría ciertos puntos a la castaña, pero esa historia sonaba algo fuera de lo real, de lo común, aunque setos así si podrían existir pero… era a los ojos ..o el ojo, en mi caso, de cualquiera para verse que solo era una excusa bien elaborada, surreal, salida de un cuento. Reí aun así divertido por la situación, no se me daba bien el papel de alguien con una autoridad para regañar o mandar a las oficionas de Shellow… but, que se le va a hacer, eh. – Se le hubiese sido más sencillo decir que no tiene interés alguno en entrar a clases, o que se le ha pasado en la hora – Suspiré aun entre carcajadas. Enserio la muchacha esperaría que me tragase aquel cuento?!. Guardé en un frasco a la rana muerta, y aparentemente completa por dentro. Sin dejar de observar a la menor – Agradezca que he sido un hombre educado, y dejé que terminase de contar su excusa, antes de mandarla a detención después de clase; por saltárselas con descaro, señorita – Dije en un tonillo algo pesado, como para parecer molesto. Y hasta, me dediqué a cruzarme de brazos con cierta mirada de decepción.
Solté otro suspiro, siendo más piadoso, después de todo aún estaba en receso, aun tendría la oportunidad de entrar a la clase correspondiente si es que así la chica lo desease. Y lo de mandarla a detención simplemente sería una mera broma. Si fuese por algo realmente serio… tal vez ahí consideraría meterla en un salón después de clase a limpiar los borradores. ¿Por qué a limpiarlos, acaso están en la era de piedra que aun trabajan con tiza? Pues… no me gustaban los pizarrones nuevos, la tinta, aquel olor… prefería millones de veces trabajar con un pizarrón de tiza, y así poder rasgarlo con las uñas en cuanto hubiese el disturbio en el salón - ¿Cuál se supone que es la clase que le toca luego del timbre? . Mi deber es anunciar al profesor de su clase que está indispuesta a entrar; así nos evitamos errores en la revisión de alumnos. No la enviaré a dirección simplemente porque … si no quiere aprender, pues usted a su lío. Pero no soy responsable si alguno de mis colegas lo hace~ ya sabe..son más.. cuadrados~ . – Aun a esa altura, desconocía de que la castaña se trataba una de las alumnas de mi propio salón de clases.

*Atributos*	Nivel
❤ Vida Máxima	1
◘ Fuerza	1
⌂ Resistencia	4
♦ Destreza

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◘ Fuerza
⌂ Resistencia
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❤ Vida Máxima	1
◘ Fuerza	1
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♦ Destreza

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◘ Fuerza	1
⌂ Resistencia	4
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