Bajo el mismo árbol de siempre >> Priv. Ryunosuke Ibuki <<

La muchacha de trueno se encontraba como de costumbre, en su cuarto. Bueno, no es que siempre se quedase encerrada en aquellas cuatro paredes , pero era extraño encontrarla temprano al lugar que solía situar.
Como rutina diaria luego de desayunar y tomarse la ducha, meditó como siempre, teniendo las charlas matutinas con sus abuelos. Luego de hacer lo que comúnmente hacía, ésta ocasión la metamorfa decidió caminar hasta los jardines en su forma humana, dejando a un lado sus andanzas más animales.

Antes de salir del cuarto, vestida con su atuendo casual , volvió a la cómoda en la cual tenía algunas cosillas más.. femeninas, cremas, maquillajes, alguna que otra golosina, en fin. Tomó de una pequeña cajita aquel moño azul que cuidaba como si fuese el juguete intocable para ella, de veces lo utilizaba pero solo cuando estaba en su cuarto haciendo los deberes, pero en ese día, decidió traerlo puesto.

Se miró un poco en el espejo, aquella venda que cubría parte de su rostro terminó cayendo al suelo, puesto que la muchacha optó por quitársela. Se arregló el cabello para despejar un poco más su rostro, no se maquilló en lo absoluto, puesto que tampoco era algo de… una importancia tan grande para tirarse media hora sentada echándose quién sabe cuánta cosa. Eso sí, puesto que sus pestañas eran igual de blancas, se puso un tanto de máscara negra, debida, precisa. Por último el moño terminó en el lado derecho recogiendo parte de su cabello.

Dejó la ventana abierta, y la puerta cerrada con llave, yendo directamente a los jardines de la Accademia. Llamó su atención , cuando estuvo dispuesta a subirse a una de las ramas, de ahí salió una mariposa. A ello no lo pudo ignorar, sus instintos felinos le indicaron que siguiese aquel bichito. Y en ello quedo, persiguiendo a la mariposa alrededor del árbol

Un día tranquilo, nada especial aparentemente, claro, además de una desordenada cabellera azul que se paseaba por los jardines desde temprano en la mañana. Había tomado la decisión de comenzar temprano su día paseando para luego entrenar.
Ahora se dirigía al punto de encuentro que normalmente frecuentaba. Metió su mano izquierda entre sus ropas, sacando una liga para el cabello, tras un bozteso se amarró el largo cabello en una coleta simple de caballo. El calor estaba haciendose lugar en la cupula, al menos eso podia soportarlo.
- Huh? - Observó el muchacho una peculiar figura que le atrajo de inmediato.
- Moño? No hay venda? - Se movió veloz, como cazando a una presa. Saltó de inmediato sobre la chica abrazándola.

La peligris terminó atrapando aquella mariposa entre sus manos, haciendo una cárcel con sus dedos observando como el animal revoloteaba y le hacía cosquillas en las palmas, a lo cual reiría un poco. Presintió cierto aroma peculiar, el cual conocía bien y no era difícil diferenciar de los demás, buscando con la mirada en dónde podría encontrarse, el hecho de que le hablase le daría una mísera pista, puesto que, en cuanto dio media vuelta, ya se vería con el peliazul abrazándole.
Fue por costumbre que soltase una especie de ronroneo, estuvo a punto de caer debido a la lanzada, pero de inmediato volvió a su equilibrio pasando los brazos tras el cuello del mayor, observando aquellos ojos con una leve sonrisa – Hoy quería utilizarlo – Aclaró a comienzos hundiendo la nariz en el pecho del peliazul, asimilando así el mimo de un felino, luego se separó apenas un poco, sin quitarle los ojos de encima – Aunque no quita que con uno no te pueda ver claro – musitó de cierta forma molesta , cerrando un poco el ojo derecho, el cual presentaba los problemas.

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