Los minutos pasaban y el joven caminaba presuroso por los pasillos de la academia, aguantando el trote, no queria verse demasiado nervioso, ni tampoco que notaran que llegaba tarde. La ansiedad no se hacia muy presente en él y esto de las clases no le gustaba del todo, pero sabia que era necesario para su progreso como guardian de la cupula. Muchos decian que la teoria era una de las bases fundamentales del aprendizaje y que el tener un profesor, un tutor era uno de los pilares mas fuertes de esta sociedad, de la antigua y de la nueva. Arekus no creía muy firmemente en esto, la soledad le habia enseñado todo lo que debia, el mundo irreal de su mente, que ahora podia ser realidad, lo habia preparado en cada momento, el dolor y desesperación de la perdida de sus seres queridos lo habia capacitado para ser frio como un hielo pero de un corazon noble, que escondia quizas un gran tesoro, uno que nunca veria la luz.

La mente del chico estaba absorta en sus pensamientos, calculaba como debia mostrarse y se preparaba para esa actuación. Los pasillos acortaban su distancia con cada paso que daba el chico de cabellos negros, este en un vaiven de su pierna derecha e izquierda, trataba de memorizar el aula en donde debia tomar clase. Le llamo la atención la poca concurrencia de gente, los pasillos estaban casi vacios, solo a veces pasaba una que otra cara, evitaba mirar directamente a los ojos y descocentrarse de su camino, pero regalaba esquivas miradas a los "transeuntes" como los denominaba, personas pasajeras, que quizas veras una, dos, tres veces en la vida, pero jamas te esforzaras en conocerlas, ni ellos a ti, simplemente no existen. Este pensamiento drastico, quizas un poco preocupante del joven, hacia que revelara ese lado oscuro dentro del mismo, ese lado que se esforzaba por mostrar y ventilar al publico.

- Maldición no encuentro el salón...- murmuraba para si mismo, mientras con su miraba indagaba todos los letreros del pasillo, uno de estos le llamo la atención y sin mas preambulo decidio entrar, total ya la suerte estaba hechada, no recordaria el nombre del salón, ni mucho menos le atinaria al correcto, por lo que entrar al azar no era una mala opción, ya estaba alli , ¿que de malo podia pasar?. Se paro frente a la puerta de entrada y lentamente comenzo a abrirla, antes de eso habia escuchado un peculiar bostezo ¿un profesor? , ¿estudiantes? , pronto esas respuestas verian el fin, cuando sus ojos vieran lo que se escondia detras. La puerta estaba totalmente abierta, en el lugar habia un sujeto desconocido para el joven, de una apariencia bastante peculiar, y sin observarlo mucho uno se podia dar cuenta del tedio que le provocaba estar en ese lugar, sin duda era el la fuente de los bostezos, ya que Arekus al mirar de reojo el resto de la sala no vio a nadie. Se quedo en la puerta dudoso si entrar o no, la verdad eso de ser el unico en clase, no le gustaba para nada, era muy distraido y si se quedaba toda la atención recaeria en el, cosa que no era para nada favorable.

Inhalo dos veces y exhalo una de manera intensa, mientras replicaba - que mas da...- mostrando mucha complicación en sus palabras continuo - Buen día, Soy Arekus Fereld, un simple estudiante - afirmaba su rango debido a que su conjunto negro relucia, su pantalon, su polera y el abrigo que usaba del mismo color, acompañado de esas lineas blancas, lo hacian ver como una persona bastante diferente a un estudiante común, no sabia si debia llevar uniforme o algo por el estilo, por lo que se puso sus ropajes que usaba en la vida cotidiana. Espero paciente la respuesta de la unica persona en la sala mientras escuchaba el tic-tac del reloj y concentraba su mirada en aquel sujeto.

- Cla...¿Cla..se de magia? - respondía el joven algo confundido. Si bien la magia no era su fuerte siempre iba a ser interesante aprender, su cara cabmio a un total desconcierto, pero ya estaba en ese lugar, habria que seguir y aprender algo nuevo, aunque no pudiese hacer cosas magicas.

Al salón había llegado otro muchacho, a primera vista bastante engreído, pero Arekus no le hizo caso, no tenia tiempo para competir o para lidiar con egos ajenos, preferia mantenerse distante, por lo  que solo le regalo una mirada al recién llegado. Rapidamente se adentro en el lugar y tomo asiento en el costado derecho, junto a la ventana, era sencillo como siempre y sin su uniforme, podia parecer que no era realmente un estudiante muy aplicado, pero aún así trataba de asistir a las clases, aunque siempre terminaba en salones que no cumplian con sus expectativas.

El tiempo transcurria y se preparo para escuchar la clase, no sabía si debia estar sentado, parado, en posición de batalla, ya que no habían requisitos previos en el tablón de anuncios, pero el profesor se veía bastante amable y diferente al resto, algo en él era poco ortodoxo. Miro por la ventana, suspiro levemente susurrando palabras que se las llevo el mismo aire de la sala - Magia...-

Una chica entraba a aquella clase, si una chica y esto hacia que la distracción de Are, que si bien era poca, sea menos aún, se sonrojo levemente mientras volvia su mirada al profesor, que ahora entragaba algunas hojas que había que rellenar seguramente. En vez de escribir algo en ellas, lo unico que pudo hacer el joven peliblanco, fue dibujar, se dedicó a dibujar almas y garabatos por toda la hoja mientras escuchaba al profesor, para él, verdaderamente todo era un "bla bla bla magia bla bla magoi bla bla". Realmente las clases no se le daban bien, no porque fuera tonto o algo así, sino mas bien porque era distraido y no le interesaban mucho, parte de su gran inmadurez.

Termino sus dibujos con su mano derecha y comenzó a observar a sus compañeros, estos eran dos, una chica y un chico bastante engreído, la verdad eso era algo que consideraba genial, que alguien tenga la confianza en si mismo en esa cantidad era admirable, y la chica, bueno las chicas eran su debilidad asi que tambien le parecia genial. Escucho atentamente la duda de su compañero y contesto en su mente "¿No se te ocurre el uso del razonamiento?" la verdad solo hacía el hilo con lo que el sabía de magia, con lo que el peliblanco sabia de animales, dos conceptos basicos que le provocaba juzgar a la pregunta de su compañero.

En cuanto este termino, miro nuevamente a su profesor y en seguida comento - ¿Porque hace clases teoricas si no es algo que le guste realmente? - la pregunta era osada, quizas sin una pizca de respeto, pero era algo que le llamaba totalmente la atención, un profesor que no tenia actitud de profesor, enseñando a un grupo que de verdad no entendia nada, o al menos eso parecia, quizas todo era parte de esa manera genial de mostrarse, pero la verdad es que de verdad le llamaba la atención ese aspecto del profesor, sus ojos rojos bajaron un poco en señal de enojo, mostrando sin duda alguna molestia con el asunto, no es que no le interesara la magía, sino mas bien que le interesaba mucho lo que pensaban y reflexionaban los demas.